Errores y Defectos
en la Numismática Antigua (IV-I)

 

Portada: Introducción
Parte I: Errores de diseño
Parte II: Errores y defectos propios del cuño
Parte III: Defectos en el cospel
Parte IV-I:  Errores y defectos durante la acuñación (I)
Parte IV-II:  Errores y defectos durante la acuñación (II)
Parte V-I: Daños después de la acuñación (I)
Parte V-II: Daños después de la acuñación (II)
Parte VI: Otras singularidades

 


 

 

Parte IV-I
Errores y defectos durante la acuñación (I)

En esta parte IV-I (y en la siguiente IV-II) se tratan los diversos errores y defectos inherentes al artesanal proceso de acuñación, proceso que era complicado al ser llevado a cabo por tres operarios que debían estar perfectamente sincronizados, si la lentitud o despiste de uno de ellos interrumpía el trabajo, se propiciaba la aparición de errores y defectos. Indudablemente este momento de la acuñación es el que generaba la mayor cantidad de tipos de errores.

- Doble acuñación / moneda repintada
- Imagen secundaria
- Monedas incusas
- Monedas descentradas
- Acuñación por una sola cara

Nota) Haced clic sobre las imágenes para verlas ampliadas.

 

Doble acuñación / moneda repintada - Double strike

Dado que la moneda era golpeada repetidas veces durante el proceso de acuñación, si se movía por alguna razón, daba como resultado estos frecuentes errores. También a veces la moneda no era retirada en su momento y podía ser golpeada con un nuevo cospel o por otra moneda ya acuñada. Cuando el flan resbalaba ligeramente sobre el cuño, aparecen dobles contornos no muy significativos y decimos entonces que se trata de una moneda repintada.

Este tipo de error en general devalúa la moneda, pero no siempre, algún ejemplar como el Follis de Majencio aquí mostrado es sin duda más cotizado por el coleccionista, debido a su especial y simétrico error. En los ejemplos siguientes podemos ver algunos de los tipos más característicos:

Doble acuñación tanto en anverso como en reverso
Double strike

Follis de Majencio (Ostia, 309-312) con una clara doble acuñación de 180º, tanto en el anverso como en el reverso. Singular moneda, dada la curiosa y simétrica figura formada en el reverso.

Doble acuñación solo en el reverso
Double strike

A la izquierda, denario republicano de la familia Tituria (89 a.C.) que muestra una doble acuñación en el reverso, el soldado de la izquierda esta girado 45º, sin embargo ni el exergo ni el soldado de la derecha han sido afectados por este error de acuñación.
Pero más curioso es el denario de Vargunteia (130 a.C.) de la derecha. El vendedor indicaba que era pieza inédita al mostrar una cuadriga con cinco caballos, pero... nada más lejos de la realidad. Todas las cuadrigas tienen cuatro caballos y la de esta moneda también (aunque contemos claramente cinco). Simplemente es el efecto de una doble acuñación en el reverso lo que ha propiciado tal curiosidad.   

Doble acuñación solo en el anverso
Double strike

Follis bizantino de Focas, acuñado en Constantinopla.
Contrasta la prácticamente normal acuñación del reverso con el abultado error del anverso

Doble acuñación pero... ¡con dos cuños distintos!
Unusual double strike !!!

Antoniniano de Galieno (253-268 d.C.) con un rarísimo error de acuñación. El anverso es prácticamente normal pero el reverso aparece acuñado con dos cuños distintos, los catalogados en RIC 663 (VICTORIA AVG) y RIC 661 (VENVS AVG). Se puede leer VICTOR... en la parte izquierda del campo del reverso y VENV... en la derecha.

Frédéric Weber, en su magnífico artículo sobre los errores de las monedas romanas,  presenta esta moneda de su colección, dando la explicación de que a veces se colocaban dos operarios con sendos cuños móviles martilleando de forma alternativa a las sucesivas monedas, para acelerar el proceso de acuñación. Un error en el ritmo de trabajo debió de propiciar este curioso error.

Doble acuñación en reverso y anverso parcialmente incuso
Double strike with partial brockage

Denario republicano de la familia Titia (90 a.C.) que muestra un curioso Pegaso "bifronte", fruto sin duda de una doble acuñación en el reverso. Lo destacable de esta moneda es su anverso, que también sufrió una doble acuñación pero precisamente con el reverso de un cospel ya acuñado, por lo que resultó parcialmente incuso.

Algo similar sucedió con el follis mostrado a la derecha de Constantino Magno, que fue acuñado en Treveri entre los años 310-313 d.C., en el anverso podemos ver parte del reverso incuso.

Doble acuñación en anverso y reverso defectuoso
Double strike

Denario republicano de la familia Carisia (46 a.C.) que fue precisamente dedicado al lugar en donde se emitía la moneda en Roma y a los instrumentos de acuñación, pero todo escribano comete un error y en este caso el error es bien visible, la imagen de Juno Moneta esta acuñada dos veces y en posiciones muy distintas.
El reverso también sufrió algún tipo de doble acuñación, parece que con un cospel sin acuñar.


Doble acuñación del anverso en el reverso y viceversa
Flip-over double strike

A la izquierda, espectacular antoniniano de Galieno con los motivos claramente repetidos tanto en el anverso como en el reverso.
La moneda de la derecha es un antoniniano póstumo de Claudio II. La presencia de las leyendas CONSECRA (en anverso) y CLAVD (en reverso) nos indica una doble acuñación. De hecho, el busto del emperador emergiendo detrás del águila, es perfectamente visible.
Evidentemente ambos errores fueron propiciados al ser volteados los cospeles durante la acuñación.

Acuñación triple tanto en anverso como en reverso
Triple strike

Famoso denario de Julio César (49-48 a.C.) que presenta repetidas acuñaciones tanto en el anverso como en el reverso. Pueden distinguirse claramente tres apex en el reverso.

Moneda repintada: doble acuñación en el anverso (poco visible)
Light double strike

Denario de Caracalla, acuñado en Roma, que muestra un reverso normal, pero el anverso tiene algunas marcas resultantes de la doble acuñación.
Ver la leyenda ANTONINVS, tiene la letra N repetida.

Moneda repintada: doble acuñación en el reverso (poco visible)
Light double strike

Bronce provincial de Gordiano III  (Antioquía / Pisidia) con el anverso normal, pero el reverso repintado.
Ver el lomo de la loba, las figuras de los gemelos y el exergo (en lugar de SR, pone SRR)

Contramarca repintada
Countermark with double strike

As provincial de Augusto (Turiaso, Hispania Tarraconense) con la típica contramarca legionaria de la cabeza de águila grabada dos veces. Este tipo de error es poco frecuente ya que para grabar una contramarca no se necesita de la fuerza ni la precisión que se precisa para acuñar una moneda.


Imagen secundaria - Ghosting

En ocasiones, la delgadez de la moneda, una gran diferencia del relieve entre anverso y reverso y unas condiciones de acuñación determinadas (temperatura, presión, etc.) propiciaban que al no haber suficiente presión para rellenar ambos cuños, el metal fluyera del reverso (cuño con escaso relieve en los motivos) hacia el anverso, creándose una curiosa imagen secundaria de características similares a otros errores (ver: cuños golpeados y monedas incusas reacuñadas).

La imagen secundaria se caracteriza porque en todos los casos hay una perfecta coincidencia entre el busto del anverso y del reverso, podríamos decir que si recortáramos el busto del anverso la imagen del reverso permanecería intacta, mientras que en los otros tipos de errores citados (cuños golpeados e incusas reacuñadas) el eje de acuñación resulta aleatorio.

Este tipo de error puede ser neutro en cuanto al precio de la moneda (entre otras razones porque no es fácil de detectar por el vendedor), pero sin duda ofrece un valor añadido para el coleccionismo de errores.

Imagen secundaria
Ghosting

Denario de Alejandro Severo acuñado en Roma (225 d.C.) en el que vemos un reverso con la imagen secundaria característica de la "huida" -durante el proceso de acuñación- del metal desde el reverso hacia el anverso.
La imagen del anverso y su correspondiente del reverso coinciden perfectamente e incluso se puede observar claramente el mismo efecto en parte de leyenda.
La moneda pesa tan solo 2,1 g (es más fina de lo habitual) y por ello el efecto es muy pronunciado.

Imagen secundaria
Ghosting

Dos ejemplos similares de la misma época.
A la izquierda, denario de Caracalla (3,3 g) acuñado en Roma (210 d.C.) y a la derecha, denario de Julia Soemias (3,6 g) acuñado también en Roma, entre los años 220 y 222 d.C.

Imagen secundaria
Ghosting

Centenional de Valentiniano (364-375 d.C.) con un curioso error de acuñación que en principio podría parecer un ejemplo de moneda incusa que posteriormente fue reacuñada, ya que el eje de cuños coincide, lo que es típico de las monedas incusas.
Sin embargo, dado que el tamaño de los bustos es idéntico y debido a la ausencia de otras marcas de la supuesta reacuñación, lo más probable es que se trate de una imagen secundaria.
Existe otra posibilidad, que no descarto del todo. Podría ser un defecto ocasionado al haberse golpeado previamente los cuños sin que hubiera moneda entre ellos. (Ver: cuños golpeados).

Nota) en las monedas medievales este fenómeno es relativamente común, dado el poco relieve de los motivos y la delgadez de las piezas.


Monedas incusas - Brockage

Curioso error producido durante la acuñación cuando -por descuido- quedaba una moneda ya acuñada sin retirar (pegada al cuño móvil) y se golpeaba con ella el siguiente cospel. Este hecho era relativamente frecuente en las monedas de pequeño tamaño de plata o bronce, ya que al estar el flan monetal calentado previamente, tenían cierta tendencia a quedarse pegadas en el cuño móvil. Al haber diferentes operarios trabajando en cadena, la tarea de acuñación no se interrumpía aunque no se hubiera retirado una moneda, propiciando así estos errores.

Lo relativamente normal es que se quedara pegada la moneda en la matriz del cuño móvil (la que lleva el reverso) y por tanto en la siguiente acuñación resultaran dos anversos, uno normal (acuñado por el cuño fijo) y otro incuso (acuñado por el anverso de la anterior moneda que se había quedado en el cuño móvil). A la derecha podemos ver un cuño móvil subastado como auténtico (abril de 2009, www.stacks.com) que todavía conserva una moneda adherida a él. Se trata de un cuño de la ceca de Lugdunum con un denario de Tiberio pegado.

Mucho menos frecuente es encontrar este tipo de error con dos reversos. En este caso lo que ocurría es que el suppostor colocaba un nuevo flan monetal sin que se hubiera retirado la moneda anterior, el reverso de la primera moneda hacía entonces de cuño. Esto resultaba bastante más evidente que cuando se quedaba oculta la moneda en el cuño móvil, de ahí su rareza. Ciertamente el no retirar la moneda anterior de cuño fijo resulta demasiado sorprendente, por lo que otra explicación (tal vez más admisible) es que en estos casos las monedas también se quedaban pegadas en el cuño móvil, sin embargo, los cuños habían sido colocados forma contraria a lo acostumbrado, es decir, habían colocado el anverso en el cuño móvil.

Extraordinariamente inusual y ciertamente difíciles de explicar son las monedas que presentan tanto anverso como reverso, pero uno de ellos está incuso. En este caso no sólo se debía de quedar pegada una moneda recién acuñada en el cuño móvil, sino que dicha moneda debía desprenderse, darse la vuelta (tal vez rebotando sobre el yunque) y caer precisamente sobre cuño fijo. Inmediatamente después (o antes) se colocaba el nuevo cospel al que se golpeaba dando estos caprichosos resultados. Si el cospel se colocaba sobre la moneda caída resultaba un anverso incuso y si la moneda caía sobre un cospel colocado previamente resultaba un reverso incuso. Complicada situación solo explicable por una "simple casualidad", eso sí, propiciada por el veloz trabajo en serie de los distintos operarios.

Pero tal vez la explicación sea mucho más simple, gracias a los debates habidos en el estupendo Foro de Denarios.org, ahora pienso que podría ser lo siguiente: al levantar el cuño móvil con brusquedad, la moneda ya acuñada se voltea por sí sola. Sin retirarla, se coloca encima un cospel nuevo y se golpea de nuevo. Dependiendo de la colocación inicial de los cuños, sobre dicho cospel resulta una moneda incusa de anverso o de reverso.

Parece improbable que los operarios, una vez detectada una moneda incusa, trataran de reacuñarla para intentar solventar el error. Tan solo conozco un ejemplo que descubrió Doug Smith, y que yo muestro a continuación.

Estos tipos de errores son muy buscados por el coleccionista y -dada su rareza- suelen revalorizar la moneda.

Nótese que las arcaicas monedas griegas que muestran cuadrados incusos en su reverso no deben de ser consideradas como errores de acuñación, son el resultado de las primitivas técnicas de fabricación empleadas, en lugar de sujetar el cospel monetal con tenazas, se colocaba directamente sobre un yunque que tenía unos garfios o pequeños salientes encargados de sujetar la moneda. Los bracteatos presentan el reverso incuso, pero al igual que las numerosas monedas griegas con reversos incusos repitiendo o no el anverso, simplemente fueron diseñadas así y no tienen nada que ver con los errores.

En los ejemplos mostrados podemos ver los tipos de monedas incusas más característicos:

Monedas de oro incusas
Brockage

La acuñación más cuidadosa de las monedas de oro debió de impedir la aparición de este tipo de errores, de hecho no he podido encontrar ejemplos de áureos u otras monedas antiguas de oro incusas.

Los ejemplos mostrados a la izquierda corresponden a un sólido de Heraclio con dos anversos (4,50 g), acuñado entre los años 613-616 d.C. en Constantinopla, y un tremissis de Mauricio Tiberio con dos reversos (1,48 g), emitido en Constantinopla entre los años 582-602 d.C.

Monedas incusas de gran tamaño
Brockage

El elevado peso de los sestercios u otras monedas de gran módulo, hace que fuera bastante complicado que estas se quedaran adheridas al cuño, con lo que este tipo de error resulta infrecuente en las monedas pesadas como los sestercios o los tetradracmas.

Los dos ejemplos de bronce mostrados corresponden a un as de Castulo de gran tamaño (25,78 g), acuñado entre los años 195-179 a.C. en Hispania Ulterior, y a un sestercio de Domiciano (24,58 g) acuñado entre los años 95-96 d.C. en Roma.

Debajo figuran dos tetradracmas provinciales, ambos incusos. A la izquierda vemos una moneda de 12,15 g de Caracalla (198-217 d.C.) acuñada en Tiro (Fenicia), y a la derecha otra de 13,24 g de Heliogábalo (218-222 d.C.) acuñada en Antioquía (Siria).

Los griegos debieron ser más cuidadosos, al menos yo no he encontrado ninguna tetradracma griega incusa. De todas formas, monedas de menor tamaño (dracmas, óbolos, etc.) incusas sí que se encuentran con relativa frecuencia, ya que este fenómeno afectó a todas las culturas que acuñaron moneda.

Monedas de plata incusas (con dos anversos)
Obverse Brockage

En estos pequeños módulos (15-20 mm) es donde encontraremos más ejemplo.

A la izquierda se presentan cuatro monedas: denario republicano de la gens Furia (Roma, finales del siglo II a.C.), denario ibérico de Turiasu (primer tercio del siglo I a.C., Hispania Citerior), denario del emperador romano Septimio Severo (Roma, tránsito del siglo II al III d.C.) y dracma de los sátrapas del Occidente de la India (siglo III d.C.).

Estas cuatro monedas, tan distantes en el tiempo y en su lugar de acuñación,  tienen en común que muestran un reverso con el mismo diseño del anverso pero incuso. Este tipo de monedas incusas con dos anversos es relativamente frecuente en todas las amonedaciones antiguas, esto es debido a que la moneda se quedaba pegada en la matriz del cuño móvil (en dónde estaba colocado el reverso) y dicha moneda actuaba como cuño para la siguiente acuñación.

Monedas de bronce incusas (con dos anversos)
Brockage

A la izquierda tenemos un as provincial de Tiberio (11,88 g) emitido en Segobriga (Hispania Tarraconensis) entre los años 14-37 d.C., y a la derecha vemos un centenional (4,32 g) del usurpador Decencio acuñado a mediados del siglo IV en la Galia (351-353 d.C.).

Moneda contramarcada e incusa (con dos anversos)
Brockage with countermark

As de Augusto acuñado en Lugdunum (15-10 a.C.) con la contramarca VAR (R. Martini: Pangerl 52).

Las monedas incusas circulaban sin problemas (lo importante entonces era el tipo de metal y su peso), por lo tanto esta moneda fue contramarcada con normalidad.

Moneda forrada e incusa (con dos anversos)
Fourree brockage

Moneda incusa y forrada (acuñada en cobre con un recubrimiento de plata), que correspondería con un antoniniano de Gordiano III (Roma, 238-243 d.C.)

Los errores de acuñación suelen aparecer con más frecuencia en las monedas falsas de época, debido a que son acuñaciones más descuidadas.

Diversas monedas incusas (con dos reversos)
Reverse brockage

Arriba, prutah de Alejandro Janeo (Judea, 103-76 a.C.) y cuadrante de Claudio (Roma, 42 d.C.). Abajo, denarios de Alejandro Severo (Roma, 233-235) y Julia Mamea (Roma, 222).

Lo que seguramente ocurrió con estos cuatro ejemplares (dos de bronce y dos de plata) fue que el suppostor colocó un nuevo flan monetal sin haber retirado antes la moneda anterior, el reverso de la moneda ya acuñada hizo entonces de cuño, propiciando que la siguiente acuñación presente el reverso incuso.

Este tipo de error con dos reversos es bastante menos frecuente que los errores que muestran dos anversos.

Reverso normal pero... ¡anverso incuso!
Usual reverse but... obverse brockage !!!

Denario republicano (3,97 g) de la Gens Marcia (Roma, 56 a.C.), que presenta un rarísimo error de acuñación. El reverso es totalmente normal pero el anverso aparece incuso.

Interesante error de acuñación. No solo debía de quedarse pegada una moneda recién acuñada en el cuño móvil, sino que dicha moneda debía desprenderse, darse la vuelta (tal vez rebotando sobre el yunque) y caer precisamente sobre cuño del anverso que estaba fijo en el yunque. Inmediatamente después se colocaba sobre ella un nuevo cospel al que se golpeaba dando el resultado que vemos. Complicada situación solo explicable por una "simple casualidad", eso sí, propiciada por el veloz trabajo en serie de los distintos operarios.

Reverso normal pero... ¡anverso incuso!
Usual reverse but... obverse brockage !!!

Unidad celtibérica de 10,76 g y 23-24 mm, acuñada en el tránsito del siglo II al I a.C., en la ceca de Orosi (Hispania Citerior), que tiene la rara particularidad de presentar su anverso incuso mientras que el reverso es normal. (Ver comentarios de la moneda anterior).

Anverso: cabeza de varón incusa, con manto, torques y fíbula, mirando hacia la izquierda; dos delfines incusos en la parte izquierda del campo y uno en la derecha.
Reverso: jinete lancero con casco de cimera, cabalgando hacia la derecha. Exergo: leyenda o.ŕ.o.ś.i (en caracteres ibéricos) sobre una línea. Catálogos: CNH Villaronga 227.2, Vives 49.2.

Tal vez la explicación sea algo más simple de lo apuntado. Gracias a los debates habidos en el estupendo Foro de Denarios.org, ahora pienso que pudo ocurrir lo siguiente: al levantar el cuño móvil del reverso con brusquedad, la moneda ya acuñada se dio la vuelta cayendo en el mismo lugar. Sin retirarla, se colocó encima otro cospel, se golpeó de nuevo, et voilà... dicho segundo cospel se acuñó de forma similar a las moneda mostradas (Marcia y Orosis).

La siguiente moneda que muestro (Galieno) también puede entenderse de la misma forma, solo que en este caso los cuños debieron estar invertidos, es decir el cuño móvil llevaba el anverso mientras que el reverso estaba colocado en el cuño fijo.

Anverso normal pero... ¡reverso incuso!
Usual obverse but... reverse brockage !!!

Follis de Galerio (6,00 g) acuñado en Heraclea (310 d.C.), que presenta un rarísimo error de acuñación. El anverso es totalmente normal pero el reverso aparece incuso.

Interesante error de acuñación, similar al mostrado anteriormente. No solo debía de quedarse pegada una moneda recién acuñada en el cuño móvil, sino que dicha moneda debía desprenderse, darse la vuelta (tal vez rebotando sobre el yunque) y caer precisamente sobre otro cospel que previamente se hubiera colocado sobre el cuño fijo del yunque. Inmediatamente después se procedía al golpeo, pero al estar entre medio la moneda anteriormente acuñada, el resultado sería similar al que vemos. Complicada situación solo explicable por una "simple casualidad", eso sí, propiciada por el veloz trabajo en serie de los distintos operarios.

Frédéric Weber, en el apartado de su web sobre los errores de acuñación, presenta una moneda similar de Galieno, dando unas explicaciones parecidas a las apuntadas.

Doble acuñación en reverso y anverso parcialmente incuso
Double strike with partial brockage

Denario republicano de la familia Titia (90 a.C.) que muestra un curioso Pegaso "bifronte", fruto sin duda de una doble acuñación en el reverso. Lo destacable de esta moneda es su anverso, que también sufrió una doble acuñación pero precisamente con el reverso de un cospel ya acuñado, por lo que resultó parcialmente incuso.

Algo similar sucedió con el follis mostrado a la derecha de Constantino Magno, que fue acuñado en Treveri entre los años 310-313 d.C., en el anverso podemos ver parte del reverso incuso.

Moneda incusa reacuñada
Restruck brockage

AE2 de Magnencio (351-355 d.C.) con un rarísimo error de acuñación, que ni siquiera está claro que fuera intencionado. Entiendo que las monedas incusas pasaban a la circulación sin más problemas, que nadie se entretenía en reacuñarlas, entre otras cosas porque finalmente iban a quedar peor que estaban.

En todo caso, veamos este ejemplo que, tras años de búsqueda de la "incusa reacuñada", nos muestra Doug Smith. (Omitiré la explicación, creo que es mejor leer directamente los siempre certeros comentarios que al final de su artículo nos muestra Doug Smith).

Monedas con diseño de reverso incuso
Incuse square

A la izquierda, dracma (5,37 g) de Aegina (350-338 a.C.) con cuatro cuadrados incusos en el reverso. A la derecha nomos (8,1 g) de Metapontum (Lucania, 510-470 a.C.) con un reverso similar al anverso, pero incuso.

Desde luego este tipo de monedas griegas no deben de ser consideradas como errores de acuñación, son el resultado de las primitivas técnicas de fabricación empleadas o simplemente, fruto del diseño de la moneda.

Monedas incusas FALSAS
Fake brockage

Desafortunadamente, siempre es necesario tener en cuenta el tema de las falsificaciones y las monedas incusas no son ajenas a ellas. Los falsarios suelen dan rienda suelta a su imaginación.

Las monedas incusas son bastante apreciadas por el coleccionista, por lo que, cansados ya de inundar eBay.es con reproducciones de Lastigi en bronce, y después de emitirlas también en plomo, ahora ya simulan monedas con errores, monedas incusas.

Cierto es que utilizar diferentes metales con los mismos cuños falsos es algo relativamente habitual (ver: Malaka, Ituci y Nabrisa), pero esto de falsificar monedas incusas me parece sorprendente.

Bueno no tanto, también hay denarios incusos falsos (y seguro habrá otros tipos de monedas) como los aquí mostrados de Augusto y Claudio. Puede observarse que la moneda de Augusto es bastante burda (fundida), pero el denario de Claudio es acuñado y está realmente bien conseguido. Si en lugar de encontrarlo en un habitual vendedor de "fakes" de Ebay.es, lo hubiera visto en otra casa de subastas, pienso que no habría dudado de su autenticidad.

Ver una descriptiva información sobre las monedas incusas en FAC.


Monedas descentradas - Off center

El carácter artesanal de las acuñaciones hace que prácticamente podamos decir que cada moneda es única, pero tiene estos inconvenientes, trabajando a buen ritmo los errores de acuñación abundan y este error de centrado es posiblemente el más corriente; la colocación mediante unas tenazas, del flan sobre el cuño fijo del yunque -por parte del suppostor- no era siempre la adecuada.

Este tipo de error devalúa claramente a la moneda.

Moneda descentrada sólo en el anverso
Off center

Bronce de 18 mm. acuñado entre los años 129 y 125 a.C., por el rey de la dinastía seléucida Demetrio II.

El reverso está perfectamente centrado, pero un poco más y se queda el anverso sin acuñación de ningún tipo.

Moneda descentrada sólo en el reverso
Off center

Denario republicano de la gens Tituria, acuñado a principios del siglo I a.C. en Roma. Moneda descentrada sólo en el reverso.

Moneda descentrada en ambas caras
Off center

Denario republicano de la gens Livineia, acuñado a mediados del siglo I a.C. en Roma. Tanto el anverso como el reverso están bastante descentrados.


Acuñación por una sola cara - Blank obverse /reverse

En escasas ocasiones, el suppostor colocaba dos cospeles a la vez (presumiblemente porque estaban pegados) con lo que se obtendrían dos monedas acuñadas solamente por una cara, quedando la otra totalmente lisa. La explicación de que no estuviera colocado en su sitio uno de los cuños es también posible, si bien parece menos probable.

Este tipo de error es bastante raro y no debe confundirse con otras monedas antiguas que intencionadamente estaban diseñadas con motivos en una sola cara.

Acuñación solo en anverso
Blank reverse

A la izquierda as provincial de Tiberio, acuñado en Hispania (14-37 d.C.). En el centro, semis de Trajano Decio (Roma, 249-251 d.C.), y a la derecha antoniniano de Numeriano (Lugdunum, 283-284 d.C.). Las tres monedas presentan el mismo error, todas ellas tienen el reverso liso, sin acuñación alguna.

Acuñación solo en reverso
Blank obverse

A la izquierda as de Castulo (Hispania Ulterior, 80-45 a.C.) y a la derecha decanummium bizantino. Ambas monedas presentan el anverso liso, sin acuñación alguna.

A pesar de que teóricamente se debieron acuñar parecido número de monedas con anversos o con reversos lisos, lo cierto es que es hoy en día resulta más difícil encontrar monedas con el anverso sin acuñar.

Monedas diseñadas con motivos en una sola cara
Blank obverse or reverse

Moneda de plata de 20 ases (8,44 g) de Populonia (Etruria, después del 211 a.C.) con el reverso intencionadamente liso. A la derecha, estatera de oro sin diseño en el anverso, acuñada por los pueblos célticos denominados ambiani (Galia, siglo I a.C.).

Es decir, que no se trata de ningún error. Algunas monedas de la Edad Antigua fueron diseñadas así, con una sola cara.