|
LAS MONEDAS MULTILINGÜES |
|
En este artículo veremos algunos ejemplos de las acuñaciones del Mundo Antiguo que podemos denominar multilingües (bilingües y trilingües), es decir, que usaron más de una lengua en las leyendas de una misma moneda. Inicialmente, en marzo de 2010, el ámbito de este somero estudio era el de las monedas bilingües de periodo denominado como “Edad Antigua Clásica”, esto es, desde la invención de la moneda en Occidente hasta la caída del Imperio romano. Diez años después, en abril de 2020 he revisado todo, ampliando el objetivo inicial para incluir la amonedación de la Edad Media y las monedas trilingües, por lo ahora este artículo abarca más de 20 siglos. (Desde la invención de la moneda hasta el siglo XV inclusive). Como su propio nombre indica, llamamos “monedas multilingües” a aquellas que presentan sus leyendas en caracteres pertenecientes a distintos idiomas. La expansión del mundo helenístico primero y la del Imperio romano después, dieron lugar a estos curiosos tipos de monedas en las que se emplearon dos e incluso tres alfabetos. Grecia y Roma solían respetar el idioma de las zonas conquistadas, ambas potencias ejercieron como culturas dominantes en el amplio territorio comprendido entre los valles del río Indo en Oriente y el Guadalquivir en Occidente, por ello, en ocasiones, sus alfabetos pueden verse mezclados con los de otras lenguas en algunas de sus emisiones monetarias. Evidentemente, el amplio avance del Islam a partir del siglo VIII tuvo un efecto similar en gran parte de los territorios conquistados. He podido identificar los siguientes 22 grupos que entiendo son los más significativos. En los ochos primeros grupos (1-8) interviene el alfabeto griego mezclado con otro idioma, en los siete siguientes (9-15) aparece el latín conjuntamente con otra lengua, en los seis sucesivos (16-21) figura el árabe mezclado con otras lenguas y en el último grupo (22) vemos un ejemplar bilingüe de chino y jaroshti. (De todas formas esto no deja de ser un artículo divulgativo, la muestra no pretende ser completa, seguro que en los más de 2000 años que he abarcado hay algunos otros tipos de monedas multilingües).
Las acuñaciones bilingües procedentes de Bactria (antigua región situada entre los actuales Afganistán, Pakistán e India) son numerosas. Primero las dinastías indogriegas, después las indoescitas y luego las indopartas, a lo largo de tres siglos (entre mediados del siglo II a.C. y mediados del II d.C.), acuñaron sus monedas usando generalmente dos idiomas: el griego llevado a la zona en tiempos de Alejandro Magno y el jaroshti, una lengua local proveniente del arameo que caería en desuso a lo largo del siglo III d.C.
Las expansión de los gobernantes bactrianos hacia la India propicia no solo el módulo cuadrado de los bronces, sino que parte del panteón hindú, así como sus lenguajes, aparezcan reflejados en las monedas. En la segunda mitad del siglo II a.C., durante los reinados de Agatocles y Pantaleón, se acuñaron estas escasas monedas bilingües de griego y brahmi.
Los Sátrapas Occidentales o Kshaharatas, gobernantes en la parte norte y occidental de India durante los siglos I - IV d.C., emitieron las primeras monedas que podemos denominar trilingües al usar tres distintas lenguas.
Con el declive del Imperio Seléucida, Judea logró una completa independencia política y religiosa recobrando unas fronteras similares a las del antiguo reino de Salomón. Durante la dinastía Hasmonea, su rey Alejandro Janeo acuñó entre 103-76 a.C., curiosas monedas de bronce (lepton, prutah, etc.) con caracteres griegos en el anverso y hebreos en el reverso.
La amonedación griega en el occidente europeo presenta tan solo un caso de monedas bilingües. Se trata de la ceca de Biurbi, de localización incierta en la zona de Narbona, que a principios del siglo I a.C. emitió unidades y divisores de bronce con caracteres griegos en el anverso y tanto griegos como íberos en el reverso.
A principios del siglo III d.C. Vologases VI y su hermano Artabanos IV se disputaron el trono parto en una Guerra Civil
que aprovecharía el sasánida Ardashir para derrotarlos dando paso a la dinastía sasánida. En este
periodo se enmarcan las únicas monedas bilingües con leyendas en parto y griego,
en sus reversos aparece una línea (en la parte superior del campo) con la leyenda "
Los territorios de la Bactriana fueron conquistados por las tribus sakas (escitas) y tocarias en el siglo II a.C. en el curso de sus desplazamientos. Cuatro o cinco siglos más tarde los chinos-heftalíes (hunos blancos), otro grupo de tribus que venía procedente del este, se estableció en la zona siendo esta la época en que la escritura griega se adapta a la lengua local. Se han conservado una cantidad importante de monedas de soberanos kucheos y heftalíes con leyendas escritas en una variedad del alfabeto griego al que se ha denominado escritura tocaria (grecobactriana).
En el advenimiento del Islam, los pueblos árabes tenían poca experiencia en la acuñación de monedas, tan sólo siglos antes, nabateos, sabateos e himyaritas habían efectuado algunas emisiones. La experiencia romanizadora también quedaba lejos cuando nació el profeta Mahoma, pero las impresionantes conquistas del siglo VII les empujaron a emitir moneda para impulsar el comercio, utilizando para ello las cecas y tal vez los operarios y los cuños existentes en cada zona, introduciendo gradualmente algunas pequeñas modificaciones, con el objetivo de lograr la más amplia aceptación posible. En la segunda mitad del siglo VII, el califato Omeya de Damasco acuñó las monedas que denominamos “árabe-bizantinas”, en las que además de su característica bilingüe (griego y árabe), destaca la mezcla de símbolos y mensajes religiosos: En la primera moneda que se muestra a continuación es interesante observar que la leyenda árabe del anverso "bism allah" (en el nombre de Alá) se encuentra justo al lado de un emperador bizantino que porta tres cruces cristianas, lo cual parece constituir un mensaje religioso totalmente contradictorio. Asimismo en el reverso existe otra impresionante mezcla de símbolos: creciente, crismón y pequeña cruz. La segunda moneda no es menos sorprendente, durante las campañas contra la Segunda Cruzada, una dinastía islámica representa claramente la imagen de Jesucristo e incluso indica su nombre en griego (XC IHC - IC XCM). En la tercera moneda mostrada podemos ver el nombre del emisor en caracteres árabes (cúficos) junto a la tradicional abreviatura del nombre de Jesucristo en griego: IC - XC / NI - KA, compuesta por la primera y última letra de las palabras IHCOYC XPICTOC, a las que se añade la palabra griega NIKA usada para referirse a los conquistadores y a la victoria, indicando: "Jesucristo es victorioso" o "Jesucristo el Conquistador".
Durante la Guerra Social (91-89 a.C.), el conflicto que enfrentó a los romanos con otros pueblos vecinos de la península Itálica, se emitieron denarios de factura similar a los romanos republicanos pero con leyendas en osco (y en algunos casos con la marca de valor en latín).
A la llegada de los romanos, las escrituras fenopúnicas, neopúnicas y libiofenicias estaban arraigadas en la numismática del sur de la península Ibérica y el norte de África. Las autoridades romanas permitieron que durante los siglos II y I a.C. se continuaran utilizando los alfabetos de dichas zonas, si bien poco a poco se fueron introduciendo leyendas latinas y cerrando las antiguas cecas. Las cecas de Arsa, Asido, Bailo, Iptuci, Lascuta, Nabrisa, Oba, Sacili, Sexi, Turirecina y Vesci acuñaron monedas de bronce bilingües durante los siglos II y I a.C., mientras que Abdera y Ebusus lo hicieron tardíamente, en la primera mitad del siglo I d.C.
Tanto la escritura ibérica del sur (Hispania Ulterior), como la ibérica levantina de la Citerior acabaron siendo sustituidas por el latín, de forma similar a lo que sucedería con las escrituras fenopúnicas. Aunque en la Citerior el proceso fue más rápido, las series bilingües de transición son allí más cortas y más escasas que en la Ulterior. Las cecas de Abra, Arse, Castulo, Ikalesken, Kelse, Kili, Obulco, Saiti, Tamusia y Usekerte acuñaron monedas de bronce bilingües durante los siglos II y I a.C. Durante el reinado de Augusto llegó la homogeneización, todas las cecas que habían acuñado en caracteres ibéricos lo hacían ya únicamente en latín.
Ketovion / Salacia es la única ceca de Hispania que usa caracteres sudlusitanos, escritura quizás testimonio tardío de la tartésica y que no ha podido ser descifrada todavía. Situada en la Hoz del Sado (Alcácer do Sal / Portugal), esta ceca es la única que, en la segunda mitad del siglo II a.C., acuñó unidades y mitades de bronce con leyendas bilingües.
No es de extrañar que el rey Juba II de Mauretania (tránsito del siglo I a.C. al I d.C.), amigo personal de Augusto y casado con Cleopatra Selene (hija de Cleopatra y Marco Antonio), acuñara monedas en dos idiomas (latín y griego) e incluso que incluyera símbolos egipcios en las mismas. Pero este fue un hecho aislado, el latín se empleó habitualmente en la parte occidental del Imperio, mientras que el griego era usado en la zona oriental. Entre los siglos I a.C. y III d.C., la amonedación romana en las provincias orientales respetó la lengua de la zona y prácticamente siempre se acuñó en griego, constituyendo lo que denominamos monedas "grecorromanas". Sin embargo, en algunas cecas como Filipópolis, Troas o Antioquía, se incluyeron esporádicamente caracteres latinos conjuntamente con los griegos. A finales del siglo III d.C. la reforma de Diocleciano impuso el latín en todo el Imperio romano. Dos siglos después (476) Roma cayó en manos de los pueblos germánicos, aunque el Imperio pervivió en Oriente casi mil años, siendo conocido como Imperio bizantino. En las monedas bizantinas las leyendas latinas convivieron con las marcas de valor griegas hasta mediados del siglo VIII, pero a partir de entonces el griego regresaría de nuevo a todas las monedas. Mientras, el latín se había consolidado en las amonedaciones de los pueblos germánicos que habían invadido Occidente.
Las primeras monedas de oro acuñadas por los gobernadores del califato Omeya durante su expansión por el norte de África y al-Ándalus, a principios del siglo VIII, fueron dinares / sólidos emitidos en latín o en dos idiomas (latín y árabe) imitando los coetáneos sólidos bizantinos. Tal y como habían hecho en Oriente (ver grupo nº 7), las primeras emisiones islámicas en Occidente serían monedas bilingües. Siglos después, los normandos emitieron monedas de este tipo en el norte de Sicilia, seguramente intentando su aceptación en toda la isla, ya que el sur se encontraba bajo la dominación árabe.
La conquista normanda del norte de Sicilia propició monedas en latín y árabe ya que los árabes continuaban dominando el sur de la isla. El empleo de símbolos bizantinos como la Virgen con el niño, introdujo además los caracteres griegos MP - ΘV (Madre de Dios), resultando unas curiosas monedas trilingües.
Cuando en 636 los árabes invadieron Persia, no existía ninguna autoridad central, el último hijo de Cosroes II, Yezdigerdes III (632-651) no era emperador más que nominalmente. En 644 los árabes alcanzaron la definitiva victoria de Nehaven, que les permitió la total ocupación del Imperio persa. Las monedas que denominamos "árabe-sasánidas" comienzan imitando los tipos de Cosroes II utilizando el pahlevi, una lengua local proveniente del arameo que caería en desuso a finales del siglo VII, introduciendo pequeños mensajes en árabe, para después ir sustituyendo los motivos centrales por la "shahada" (profesión de fe islámica). Esta época de transición finalizaría con la emisión de su propia moneda de plata, el dírham. Resulta interesante observar en la segunda moneda mostrada a continuación, la cara del soberano ha sido sustituida por un rombo con la palabra árabe "Bakh" (Dios), mientras que los motivos del reverso se mantienen representando el fuego sagrado persa del altar de Zoroastro.
Los gaznávidas o gaznavíes fueron una dinastía musulmana, de origen turco, que reinó desde finales del siglo X hasta finales del siglo XII, en un imperio constituido por las regiones de Jorasán, Afganistán y Punyab. Sus monedas bilingües demuestran como buscaron la aceptación de los pueblos dominados.
El reino Armenio de Cilicia (también conocido como Pequeña Armenia) fue formado en la Edad Media por refugiados armenios que huyeron de la invasión selyúcida de sus tierras. Se encontraba en lo que actualmente es Turquía sudoriental, en la región de Cilicia. El reino fue independiente de 1078 a 1375 aproximadamente, pero siempre estuvo sometido a presiones tanto de los turcos selyúcidas como de los cruzados de Antioquía. La emisión de monedas bilingües les debieron de permitir comerciar con sus poderosos vecinos islámicos.
Durante el siglo XIII los pueblos mongoles se expandieron desde Asia central hasta Persia, llegando a abrazar la fe islámica. Sus monedas bilingües reflejan esta interrelación de culturas.
Durante el siglo XIII los pueblos mongoles se expandieron desde Asia central hasta el norte de la India, llegando a abrazar la fe islámica. Sus monedas multilingües reflejan esta interrelación de culturas.
Durante el siglo XIII los pueblos mongoles se expandieron desde Asia central hasta Persia, llegando a abrazar la fe islámica. Sus monedas multilingües facilitaron sin duda el comercio con sus vecinos.
El reino de Jotán o de Khotan fue un antiguo reino budista formado por los pueblos escitas (sakas) que perduró durante todo el primer milenio, estando ubicado en la ruta de la seda. Sus gobernantes acuñaron unas monedas bilingües con las que nos muestran sus relaciones comerciales con India y China.
Las antiguas monedas multilingües fueron acuñadas normalmente en tiempos de expansión o de declive del imperio dominante, esto es, en tiempos de transición. Muchos siglos después, la situación no ha cambiado tanto como pudiera parecer. Las monedas emitidas durante el Mandato Británico de Palestina (1920-1948) emplearon tres idiomas: inglés, árabe y hebreo. Actualmente varios países islámicos -como Túnez- utilizan los caracteres árabes conjuntamente con los latinos, y si nos fijamos en nuestros propios billetes, desde la llegada del euro podemos ver en ellos las letras latinas (EURO) junto a las griegas (EYPΩ), y con la entrada de Bulgaria se añadirían los caracteres cirílicos (EBPO).
Madrid (España), 24 de marzo de 2010 |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Juego de las monedas bilingües
-
Ancient Coin Visual Keyboard Promotora española de lingüística: |

