M. P. García-Bellido indica en su Diccionario de Cecas (2001, vol. II, p 324): "Durante las guerras
cántabras se establecen en Hispania siete legiones, para cuyo mantenimiento y licenciamiento creemos que se acuñó moneda en Ag en Emerita, Colonia Patricia y Caesaraugusta...
Mucha de esa moneda aparece en los campamentos germanos en donde la mayoría
de nuestras legiones son trasladadas..." Los falsarios de una u otra
provincia del Imperio no iban a desperdiciar la ocasión.
Las falsificaciones mediante la
emisión de monedas forradas resultan relativamente abundantes en la Antigüedad, y las monedas hispanas con motivos
arquitectónicos -que aquí nos ocupan- no iban a ser ajenas a ellas. (Ver monedas
números: 1, 2, y 3). Para más información, ver:
"Las monedas forradas en la Antigüedad" y
"Algunos denarios forrados singulares".
Seguramente la escasez de moneda
en Hispania -más que el ánimo de lucro- debió guiar estas "falsificaciones" de la época
(más o menos permitidas en ciertos casos). Se desconoce en dónde pudieron estar ubicados
los talleres, pero es
probable que la mayoría de ellos se localizaran en la parte meridional de la Península (Provincia Baetica). Ver:
Imitaciones de Roma.
Podemos distinguir varios periodos
en los que especialmente se imitó el numerario romano en Hispania:
Siglos II-I a.C.
- Imitación de los bronces republicanos romanos. Fundamentalmente semises, pero
también ases.
Primera mitad del siglo I d.C.
- Imitación de los bronces de Claudio. Se ha estimado que a mediados del siglo I d.C. (P. P. Ripollès, 1998: 390) los ases de imitación de Claudio I que
circulaban en Hispania podrían llegar a ser el 90 %, los falsos dupondios alcanzarían el 25 % y las copias de sestercios el 16 %.
Último tercio del siglo III d.C.
- Copias locales de antoninianos, entre las que sobresalen las abundantes imitaciones de Claudio II con la leyenda "CONSECRATIO" y las de los
usurpadores galos Tétrico y Victorino. Este fenómeno no fue exclusivo de Hispania, otras provincias occidentales como Britannia y las Galias acuñaron
multitud de pequeños bronces de imitación durante la segunda mitad del siglo III d.C. Debido a ello, Aureliano prohibió su circulación. Pero la falta de moneda
fraccionaria debió de ser la causa de que -a pesar de la prohibición- se continuaran emitiendo estas acuñaciones locales. (Recordemos
que no había cecas oficiales romanas en la península ibéricadesde mediados del siglo I d.C.).
Siglo IV d.C.
- A mediados del siglo IV se imitan los centenionales y follis de la dinastía Constantiniana, mientras que a finales de ese mismo siglo se copian las maiorinas de
Honorio, Graciano y Magno Máximo. Siempre se imitan monedas de poco valor, monedas de bronce para facilitar las pequeñas
transacciones, normalmente copiando los reversos más comunes (FEL TEMP REPARATIO,
REPARATIO REIPVB, etc.) de las cecas oficiales más cercanas (Treveri y
Arelate), pero la lista de tipos de reversos y cecas imitadas es muy amplia.
Siglos V-VI d.C. -
Según el profesor Manuel Abad (UNED), incluso durante los comienzos de la dominación visigoda en Hispania (siglos V y VI), pudieron haberse
continuado emitiendo imitaciones de los pequeños antoninianos de Claudio II o de otras monedas romanas. Aunque los hispanos utilizaran el
anterior numerario fraccionario romano, el sistema monometálico de los visigodos debió de impulsar la continuidad en la acuñación de este tipo
de imitaciones locales.
Las representaciones arquitectónicas en las monedas de los periodos citados son reducidas,
se circunscriben a los siguientes tipos y periodos: Claudio I acuñó en Roma
sestercios con un arco triunfal en su reverso (RIC I: 98 y 114), que pudieron
ser imitados en Hispania durante la primera mitad del siglo I d.C., pero no he encontrado evidencias
claras que lo demuestren; en el último tercio del siglo III d.C. encontramos abundantes
imitaciones hispanas de los antoninianos póstumos
de Claudio II que muestran un altar en su reverso (ver monedas números 5 y 6), y
finalmente, a mediados del siglo IV, tenemos el conocido reverso de la
"puerta del campamento"
que figura en los follis de la dinastía Constantiniana de mediados del
siglo IV d.C., que también fue imitado en nuestra Península (ver monedas números: 7, 8 y 9).
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Recreación de una puerta del campamento romano de "Petavonium" (Rosinos de Vidriales, Zamora) (Fotografía: Lugaresconhistoria.com) |
Vista aérea del campamento romano "Aquis Querquennis" (Baños de Bande, Orense) (Fotografía: Iribeiro.es) |
Lógicamente el fenómeno de las
imitaciones no se limitó a Hispania. En otras partes del Imperio, y más
concretamente en los limites, diversos pueblos copiaron el numerario romano a lo largo de los siglos.
Centrándonos en las monedas hispanas con representaciones arquitectónicas, y sin ánimo de ser exhaustivo,
citaré los pueblos célticos del Danubio, quienes copiaron las monedas de
Colonia Patricia con el templo de Mars Ultor. (Ver moneda nº 4).
Veamos algunos ejemplos de denarios augústeos de ceca hispana que fueron
falsificados (forrados) en distintos lugares del Imperio, o bien que fueron copiados
(imitados) por otros pueblos fronterizos:
1.- Denario forrado (3,14 g) que corresponde a la moneda catalogada en RIC I 013, que fue acuñada
a nombre de Augusto en Colonia Patricia (?), entre los años 19 y 18 a.C. Al ser una moneda fraudulenta no sabemos dónde pudo ser acuñada,
pero su espléndida factura hace pensar que no debió de ser muy lejos de la ceca oficial hispana.
2.- Denario forrado (3,08 g) que corresponde a la moneda catalogada en RIC I 39a, que fue acuñada a nombre de Augusto en Caesaraugusta (?),
entre los años 19 y 18 a.C. Al ser una moneda fraudulenta no sabemos dónde pudo ser acuñada, pero su
espléndida factura hace pensar que no debió de ser muy
lejos de la ceca oficial hispana.
3.- Denario forrado (1,94 g) que corresponde a las monedas catalogadas en RIC I 103-106, que fueron
acuñadas a nombre de Augusto en Colonia Patricia (?), entre los años 19 y 18 a.C. Al ser una moneda fraudulenta no sabemos dónde pudo ser
acuñada, pero dada su tosca factura y su hallazgo en el Reino Unido, podemos pensar que se trata de una imitación británica.
(Lógicamente, las acuñaciones imperiales de Colonia Patricia circularon por todo el Imperio).
4.- Imitación de los celtas del Danubio (4,01 g) que corresponde al denario catalogado en RIC I 63a, que fue
acuñado a nombre de Augusto en Colonia Patricia (?), entre los años 19 y 18 a.C. Al ser una moneda fraudulenta no sabemos dónde pudo ser
acuñada, pero dado su particular arte y su presumible hallazgo en la península Balcánica, podemos pensar que se trata de una imitación de los
pueblos célticos denominados genéricamente como "del Danubio". (Lógicamente, las acuñaciones
imperiales de Colonia Patricia circularon por todo el Imperio).
Veamos un par de ejemplos con un altar en su reverso. Durante el último tercio
del siglo III d.C., los antoninianos póstumos de Claudio II fueron abundantemente
imitados en Hispania:
5.- Antoniniano de imitación (2,56, 16 mm) acuñado en Hispania (posiblemente en
el sur), en tiempos de Quintilo o tal vez Aureliano (último tercio del siglo III d.C.),
que corresponde a la moneda oficial catalogada en RIC V-I 259, 261 y 261.
(Anverso: DIVO CLAVDIO y reverso; CONSECRATIO). Pequeño bronce que resulta muy común en Hispania,
siendo posiblemente el tipo de moneda más imitado durante toda la
dominación romana.
6.- Antoniniano de imitación (2,59 g / 15-17 mm) muy similar a la moneda
anterior (nº 5), acuñado en Hispania (posiblemente en el sur) en tiempos de Quintilo o tal vez Aureliano (último tercio del siglo III d.C.).
Finalizaremos con algunas monedas que imitan los follis de la dinastía Constantiniana
(primera mitad del s. IV d.C.), presumiblemente acuñadas en Hispania:
7.- Follis de imitación (2,42 g / 17-19 mm) acuñado a mediados del siglo IV d.C.
en ceca desconocida. En general el estilo es el adecuado, podría ser una moneda oficial
similar a la descrita en RIC VII 176 (Roma). Sin embargo, su bajo peso y sobre todo algunos detalles del reverso me inclinan a pensar que
se trata de una imitación de la época, de una moneda de las que comúnmente denominamos como "bárbara".
Dado su presumible hallazgo en la península ibérica, podemos pensar que
se trata de una imitación hispánica.
8.- Follis de imitación (2,33 g / 17-18 mm) acuñado a mediados del siglo IV d.C. en ceca desconocida. El anverso se corresponde con las acuñaciones de Constancio II de Arelate
(RIC VII 276 ó 284), y en principio esta moneda parecería una acuñación oficial, su arte y aspecto
son los adecuados, pero un simple error en las leyendas del grabador de cuños no
consigue explicar satisfactoriamente este reverso (que debería ser VIRTVS CAESS). Por lo tanto, lo más probable es que se trate de
una emisión fraudulenta, una moneda no oficial en la que mezclaron motivos de
distintas monedas oficiales. Ver:
"Not in RIC". Dado su presumible hallazgo
en la península ibérica, entendemos que es una imitación hispánica.
9.- Follis de imitación (2,86 g / 19 mm) acuñado a mediados del siglo IV d.C.
en ceca desconocida. En general el estilo es inadecuado, parece que copiaron la emisión de Arelate catalogada en RIC VII 313, pero sin poner las
letras S-F del campo. Dado su presumible hallazgo en la península ibérica, podemos pensar que se trata de una imitación hispánica.