![]() |
Emisiones de la Antigüedad Tardía |
Amonedaciones en la Península
Ibérica y la Narbonensis
entre
mediados del siglo V y principios del siglo VIII
Vándalos y alanos | Reino suevo | Spania bizantina |
Imitaciones | Bronces inciertos | Periodo visigodo | Falsificaciones | Bibliografía |
Vándalos y alanos en Hispania
El último día del año 406, los vándalos dirigidos por Gunderico cruzaron el Rin (que debía estar helado) sin encontrar ninguna resistencia por parte de los romanos, derrotaron a los francos e invadieron el imperio romano. Junto a ellos pasaron los suevos y un pequeño contingente de alanos. Después de devastar las Galias, gran parte de estos pueblos bárbaros cruzaron los Pirineos (409) para invadir Hispania. Los suevos y vándalos asdingos ocuparon el noroeste de la península, en el centro se asentaron los alanos y la zona meridional quedó bajo dominio de los vándalos silingos. Ver más información sobre las invasiones germánicas. La historia hispana de los alanos es corta, el jefe visigodo Valia, cumpliendo las ordenes de Honorio, atravesó los Pirineos en 417 y pronto acabó con ellos, los pocos alanos que pudieron haber quedado fueron absorbidos por los vándalos. No se conocen acuñaciones de los alanos, ni en Hispania, ni en otro lugar. En 418 los visigodos regresaron a las Galias (por orden romana de nuevo) por lo que vándalos y suevos pudieron continuar en Hispania (peleándose entre ellos, claro). Veinte años después de llegar a la península, en 429, el rey vándalo Genserico decidió cruzar el estrecho para invadir el norte de África. Nunca regresarían, terminando así la aventura vándala en Hispania. Las acuñaciones vándalas son relativamente escasas y siempre en plata y bronce, nunca en oro. No se conocen acuñaciones vándalas en Hispania, estas siempre se efectuaron en territorio africano y comenzaron después de recibir de Valentiniano III su tratado como foederati (Numidia, 435), finalizando un siglo después, con la caída de su reino a manos del general bizantino Belisario (533-4). No se asigna ninguna moneda al periodo vándalo en las Galias o en Hispania, por lo que sus monedas se salen del ámbito geográfico de este estudio y no serán aquí mostradas. Existen hallazgos documentados de monedas vándalas encontradas en la Península Ibérica, pero no fueron acuñadas en ella, se cree que fueron traídas por los bizantinos, ya que estos invadieron el sur de Hispania (552-4), poco después de acabar con el reino vándalo norteafricano. |
![]() |
Reino suevo en Gallaecia
Como hemos visto, los suevos cruzaron los Pirineos y entraron en Hispania en el año 409. Dos años más tarde (411) los romanos ofrecieron un pacto que los suevos pronto aceptarían, eran pueblos germánicos agricultores (sedentarios) que buscaban tierras y estabilidad. Con su tratado como foederati, serían federados del Imperio a cambio de recibir tierras en Hispania. De esta forma los suevos se establecieron en la provincia Gallaecia, entre el NO de Hispania, inicialmente entre el río Miño y el Duero.
Tras un siglo oscuro, del que tenemos pocos datos, seguramente plagado de conflictos internos y por supuesto de luchas e intrigas con sus vecinos visigodos, finalmente Leovigildo acabó con toda resistencia sueva en 585-6. En lo sucesivo Gallaecia sería una provincia visigoda más. El reino suevo no había llegado a cumplir los dos siglos de existencia.
Según Grierson, pueden distinguirse tres fases en estas escasas emisiones suevas. Inicialmente se emiten monedas seudoimperiales imitando los sólidos y las silicuas de Honorio (ver RIC X 3786 y MEC I 285), con la particularidad de que el primer gobernante germánico que inscribe su nombre en las monedas es el suevo Requiario, quien en una rara silicua emitida en Bracara (438-455), graba su nombre en el reverso "IVSSV RICHIARI REGES" (por orden del rey Requiario), a la vez que mantiene la típica leyenda del emperador "DN HONORIVS P F AVG" en el anverso. En un periodo posterior (a partir de 459-460) se continúa emitiendo moneda seudoimperial, pero ahora solamente son trémisis. Se emiten a nombre de Valentiniano III, con el busto y leyendas de dicho emperador en el anverso y una cruz en el reverso (ver RIC X 3787-88 y MEC I 286-290).
La última moneda aquí mostrada (a la derecha) es una fracción de silicua con leyendas corruptas, por lo que, a pesar de que se ha sugerido que pudiera ser sueva, lo cierto es que no cuadraría en ninguna de las anteriores descripciones. Es evidente que estas series suevas guardan todavía muchos secretos a los investigadores, ver el completo artículo: "Dificultades que plantea el estudio de la historia monetaria sueva" de Francisco Cebreiro, que está disponible en esta misma web, y: "In Tempore Sueborum"). |
![]() |
Spania bizantina
En 549 los nobles visigodos elevaron al trono Agila pero no fue aceptado por todos, otro noble llamado Atanagildo se rebeló en Ispali desencadenando una situación de guerra civil. Atanagildo pidió ayuda a los bizantinos y consiguió su propósito de obtener el trono visigodo, pero abrió la puerta a la política expansionista del emperador Justiniano I. Entre 552 y 554 las tropas de Bizancio desembarcaron en Gades y Carthago Nova ocupando gran parte de la Baetica y la Carthaginensis, teniendo que ser detenidos por el propio Atanagildo, quien en 555 había logrado controlar el poder, después del asesinato de Agila. Bizancio estableció en el SE de Hispania una provincia a la que llamó Spania (ver mapa) con su capital en Carthago Spartaria (o Spartia, la anterior Carthago Nova), provincia que cambiaría sus fronteras continuamente debido a las ininterrumpidas campañas visigodas. En 624 el rey visigodo Suintila consigue que los bizantinos abandonen definitivamente la península.
Ver artículo de Germán Rodríguez: "Monedas de 4 nummi anónimas, tipo cruz / delta: Una ceca bizantina en Carthago Spartaria". Revista Numismática Hécate nº 3, pp. 111-120. Murcia, 2016. |
Cecas bizantinas Desde que Grierson en 1955 publicara la certeza de que en Spania hubo al menos una o dos cecas bizantinas, indicando la posibilidad de que Carthago Spartaria fuera una de ellas, se ha sugerido Malaca como otra de las ciudades candidatas y también se cree que pudo haber habido una tercera ceca en algún lugar de Andalucía occidental. |
![]() |
Imitaciones locales
Según el profesor Manuel Abad (UNED), incluso durante los comienzos de la dominación visigoda en Hispania (siglos V y VI), pudieron haberse continuado emitiendo imitaciones de los pequeños antoninianos de Claudio II o de otras posteriores monedas romanas. Aunque los hispanos utilizaran el anterior numerario fraccionario romano, el prácticamente sistema monometálico de los visigodos debió de impulsar la continuidad en la acuñación de este tipo de imitaciones locales. La fracción de centenional de la serie "Urbs Roma" aquí mostrada parece avalar dicha teoría, una moneda con tan solo 0,7 g parece más bien propia de los siglos V y VI que de mediados del siglo IV, que es cuando teóricamente debería haberse acuñado. |
![]() |
Cobres / bronces inciertos del sur
peninsular
Nummi visigodos (?)
M. Crusafont en su libro: "El sistema monetario visigodo: cobre y oro", editado en Barcelona (1994), propone una atrayente teoría que termina con el sistema monometálico visigodo, asignando a este numerario unos pequeños bronces que hasta entonces habían sido considerados como inciertos. Estudiando cerca de 240 ejemplares, Crusafont data estos pequeños bronces (prácticamente cobres) sin mucha exactitud (mayormente a lo largo del siglo VII) y los cataloga en distintos grupos y tipos, proponiendo incluso sus cecas y en ocasiones su valor en nummi, entendiendo que la unidad (nummus) pesaba 0,3 g.
En 2008, B. Mora y C. Martínez nos dan a conocer en su trabajo: "Un nuevo hallazgo de moneda bizantina en "Malaca" (Málaga): El conjunto monetario de calle Cañón-Postigo de los Abades" (SAGVNTVM, Vol. 40), un nuevo tipo de nummus similar al los del grupo E de Crusafont, pero con cuatro glóbulos entre los brazos de la cruz. Estos autores adelantan la cronología de estas monedas a mediados del siglo VI y plantean la hipótesis de que la ceca en este caso sea Malaca. En 2009, Ruth Pliego publica un nuevo tipo de nummus en: "La moneda visigoda", p. 189 (Sevilla), identificando el monograma RCD (?) en el anverso y el monograma SPAL en el reverso. En 2106, en su artículo "The circulation of copper coins in the Iberian Peninsula during the Visigothic Period: new approaches". Journal of Archaelogical Numistatics, divide las emisiones en 16 tipos, asignando a este nuevo nummus el tipo número 15. En 2018, Ibercoin subasta un nummus del grupo B con un anverso no catalogado por Crusafont. En 2018, R. Pliego publica en American Journal of Numismatics un pequeño bronce inédito atribuyéndolo a Leovigildo, recogiendo además los bronces que anteriormente ya había descrito de Hermenegildo y Recaredo. Ver: "Kings’ Names on Visigothic Bronze Coins: A New Minimus from Ispali in the Name of Leovigild".
La composición de los tesorillos en los que se han hallado estos tipos de monedas (parece que a menudo se encuentran mezcladas con monedas vándalas o bizantinas, pero no con visigodas) ha hecho pensar a algunos especialistas que la hipótesis de que sean monedas "oficiales" visigodas, propuesta por M. Crusafont, no es la acertada. De hecho, en el "Corpus Nummorum Visigothorum" (2006), J. Vico, Mª. C. Cores y G. Cores dedican todo un capítulo (6 páginas) a rebatir la teoría de Crusafont. Sin embargo, años después, en el artículo: "Nuevos hallazgos de bronces visigodos" (enero, 2013), A. Fernández, R. Pliego y G. Carvajal no están de acuerdo con J. Vico et alii y aunque matizan la asignación de cecas hecha por Crusafont (solo admiten Ispali) y adelantan algo la cronología propuesta (hasta finales del siglo V y a lo largo del siglo VI), siguen prefiriendo utilizar el término de "bronces visigodos" para referirse a estas enigmáticas piezas. Tres años después, R. Pliego en su artículo: "The circulation of copper coins in the Iberian Peninsula during the Visigothic Period: new approaches" (Bruselas, 2016), continúa defendiendo la autoría visigoda de estas series de cobre dividiéndolas en 16 tipos. Ese mismo año 2016 Bartolomé Mora indica en su artículo: "Old and New Coins in Southern Hispania in the 6th Century AD" que, de las identificaciones propuestas para estos nummi del sur de Hispania, las asignadas a Hispalis / Ispali (Crusafont, grupos A y B) son las más fiables, pero que Toleto y Emerita (Crusafont, grupos B y C) deben de buscarse en puntos más meridionales, proponiendo Malaca como ceca del grupo E, dada la abundancia de hallazgos de estas monedas en dicha zona. B. Mora también adelanta la cronología de Crusafont, datando estas monedas en el siglo VI, pero indica que no está de acuerdo en la denominación de "bronces visigodos" ya que el uso y producción de estas piezas son ajenos a la política monetaria del Regnum Visigothorum, mientras que en las ciudades y territorios bajo su control que estaban cercanos o bien conectados con los dominios bizantinos la producción autónoma de pequeñas monedas de bronce sí que pudo haber estado permitida. En 2016, J. A. Martín, M. Carcedo y J. R. García en su libro: "Numismática bizantina del Bajo Guadalhorce" (Málaga) tratan estas amonedaciones mostrando unos nuevos tipos mostrando una estrella que asocian a "iniciativas de carácter municipal que pudieron ser llevadas a cabo por las aristocracias gobernantes de origen hispanorromano que en las ciudades del sur peninsular gozaron de cierta independencia respecto a los poderes visigodos y bizantinos". (J. A. Martin et al. p.89, 2016). En 2016, M. Crusafont, J. Benages y J. Noguera en: "Silver Visigothics Coinage" (The Numismatic Chronicle 176, pp. 241-260.) redefinen los periodos de acuñación de estos bronces, situándolos ahora entre 549 y 641. En 2020, Ruth Pliego en: "Rethinking the minimi of the Iberian Peninsula and Balearic Islands in late antiquity" (Journal of Medieval Iberian Studies) agrupa y pone al día los actuales conocimientos sobre estos pequeños bronces visigodos, cubriendo tanto la península Ibérica como las islas Baleares. Es posible que algunos de estos pequeños cobres / bronces fueran emitidos autónomamente por ciertas ciudades como Ispali o Malaca (B. Mora, 2016 y J. A. Martín et alii, 2016), o bien por obispados o centros eclesiásticos (Ruth Pliego, 2020) a las que los reyes visigodos habían permitido efectuar estas acuñaciones de poco valor para favorecer el comercio, por lo que mientras no tengamos estudios más concluyentes, tal vez deberíamos nombrar estas monedas genéricamente como nummi o minimi hispánicos. |
![]() |
Periodo visigodo
En 376 los visigodos sufrieron una fuerte presión por parte de los hunos, por lo que pidieron autorización al emperador Valente para cruzar el río Danubio y establecerse pacíficamente en territorio romano. Desde entonces, hasta su total derrota a manos de los musulmanes (c. 720), pueden distinguirse cuatro claros periodos -desde el punto el vista numismático- en el devenir de este pueblo germánico:
Tradicionalmente el sistema monetario visigodo ha sido considerado como mono-metálico (con todas sus acuñaciones en oro), contando únicamente con un tipo de moneda, una única denominación, el tremís o triente. La explicación más apuntada es que con estas acuñaciones, los reyes visigodos trataban más bien de demostrar su soberanía y prestigio, que de cubrir una necesidad de medios de pago, argumentándose que con la abundante moneda romana anterior quedaban supuestamente cubiertas las necesidades de numerario circulante. Personalmente se me hace difícil entender esta explicación, creo que un reino en guerra permanente (a las guerras contra los astures, cántabros, vascones o francos en el norte, contra suevos en el noroeste y bizantinos en el sur, hay que añadir las propias luchas internas por cuestiones de sucesión al trono), no hubiera podido pagar a sus soldados de no haberse acuñado estos trientes en todos los rincones de la península. Además, los hallazgos arqueológicos no parecen confirmar dicha hipótesis, las monedas romanas no suelen aparecer en los hallazgos o sitios arqueológicos claramente visigodos. Tampoco parece estar claro que los pequeños bronces y los divisores de plata, que han sido asignados por Crusafont a los visigodos, lo sean realmente. No hay una total coincidencia entre los expertos, el sistema monetario visigodo sigue presentando muchos enigmas. El peso oficial del tremís o triente (1,51 g) fue variando ligeramente con el tiempo, oscilando normalmente entre los 1,45 y 1,30 gramos. Su diseño y peso lo hacía perfectamente intercambiable con el sólido bizantino (1 sólido = 3 trientes), patrón que se utilizaba en las transacciones internacionales de la época. Su composición fue relativamente estable, oscilando entre el 80 y el 90% el porcentaje de oro, pero esta pureza descendió hasta el 65-60 % en los reinado de Tulga y Chindasvinto, a la vez que la plata aumentaba hasta el 35-40%, y se alcanzaron aleaciones aún menos nobles durante los reinados de Égica y Witiza. Los últimos vestigios del reino visigodo desaparecerían por completo poco después (c. 720), pero a partir del 714 ya no se volvería nunca a acuñar moneda visigoda. Bueno, miento, a partir del siglo XIX este tipo de moneda ha vuelto a ser abundantemente acuñado... ¡por copistas y falsarios!. La simplicidad de sus motivos y la escasez de estos trientes, han propiciado sin duda tales falsificaciones. (G. Miles estimó en 4000 los ejemplares existentes en los diversos museos y colecciones particulares, mientras que Vico-Cores aumentan esta cifra a 10000, cantidades ambas muy pequeñas en comparación con la moneda conocida de anteriores épocas). |
Cecas visigodas Llama la atención el elevado número de talleres monetales visigodos en Hispania. De las 77 cecas que describió G. Miles en 1952 en: "The coinage of the Visigoths of Spain, Leovigild to Achila II", hemos pasado a las casi 100 cecas que son descritas por Ruth Pliego en su obra: "La moneda visigoda" (Sevilla, 2009). Es destacable que casi la mitad de estas cecas se encuentren en el NO de Hispania, y muchas de ellas en pequeñas poblaciones de incierta ubicación, lo que induce a pensar en la existencia de talleres móviles, posiblemente militares. Para más información, ver las páginas de: Cecas en Gallaecia y Lusitania - Baetica y Carthaginensis - Tarraconensis y Narbonensis. |
![]() |
Falsificaciones
Las falsificaciones de la moneda visigoda son ciertamente abundantes, a la vez que relativamente bien conocidas desde el siglo XIX, pero últimamente están empezando a aparecer falsificaciones suevas en eBay.es y no me extrañaría que también hubiera reproducciones fraudulentas de las monedas bizantinas acuñadas en Spania... ¡Caveat Emptor! Mi opinión sobre las falsificaciones es bastante clara: "Tan importante es comprar a profesionales que ofrezcan garantías, como adquirir todos los conocimientos posibles para intentar lograr ser autosuficientes". En la página: ¡Ojo con las falsificaciones!, he recopilado los links algunos interesantes recursos que están disponibles en Internet, y que nos pueden ayudar a adquirir esos necesarios conocimientos que nos protejan de los falsarios. No deje de echar un vistazo.
|
![]() |
Bibliografía
- Xavier Barral i Altet: "La circulation des monnaies suèves et visigotiques...". Zürich-München, 1976. - P. Grierson & M. Blackburn: "Medieval European Coinage" (Vol. I - The Early Middle Ages), Cambridge (UK) 1986. - M. Crusafont: "El sistema monetario visigodo: cobre y oro". Barcelona, 1994. - Teresa Marot: "Aproximación a la circulación monetaria en la península ibérica y las islas baleares durante los siglos V y VI...". Revue Numismatique 1997, pp. 157-190. - Alberto Canto et alii:
Monedas visigodas en la RAH - Adolfo, Clemente y Juan Cayón Herrero: "Las monedas españolas del tremis al euro (del 411 a nuestros días)". Madrid, 2005. - Jesús Vico, Mª Cruz Cores y Gonzalo Cores: "Corpus Nummorum Visigothorum". Madrid, 2006. - B. Mora y C. Martínez: "Un nuevo hallazgo de moneda bizantina en "Malaca" (Málaga): El conjunto monetario de calle Cañón-Postigo de los Abades". SAGVNTVM, Vol. 40. Valencia, 2008. - Ruth Pliego Vázquez: "La moneda visigoda". Sevilla, 2009. - Francisco Cebreiro Ares: "Dificultades que plantea el estudio de la historia monetaria sueva". Introducción a la Historia Monetaria de Galicia, 2012. - A. Fernández, R. Pliego y G. Carvajal: "Nuevos hallazgos de bronces visigodos". The Journal of Archaelogical Numismatics, Vol. 3. Bruselas (Bélgica), 2013. - Ruth Pliego Vázquez: "The circulation of copper coins in the Iberian Peninsula during the Visigothic Period: new approaches". The Journal of Archaelogical Numistatics, vol. 5/6, pp. 125-160. Bruselas, 2016. - Bartolomé Mora: "Old and new coins in Southern Hispania in the 6th century AD". RGZM-Tagungen 29. Mainz (Alemania), 2016. - M. Crusafont, J. Benages y J. Noguera: "Silver Visigothics Coinage". The Numismatic Chronicle 176, pp. 241-260. Londres, 2016. - J. A. Martín, M. Carcedo y J. R. García: "Numismática bizantina del Bajo Guadalhorce (Málaga)". Málaga, 2016. - Germán Rodríguez: "Monedas de 4 nummi anónimas, tipo cruz / delta: Una ceca bizantina en Carthago Spartaria". Revista Numismática Hécate nº 3, pp. 111-120. Murcia, 2016. - Ruth Pliego Vázquez: "Kings’ Names on Visigothic Bronze Coins: A New Minimus from Ispali in the Name of Leovigild". American Journal of Numismatics, 30. Nueva York, 2018. - Ruth Pliego Vázquez: "Rethinking the minimi of the Iberian Peninsula and Balearic Islands in late antiquity". Journal of Medieval Iberian Studies, vol. 12. París, 2020. |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Periodo visigodo en Hispania - Cecas en Gallaecia y Lusitania |
Periodo visigodo en Hispania - Cecas en Baetica y Carthaginensis |
Periodo visigodo en Hispania - Cecas en Tarraconensis y Narbonensis |