Cayo Valerio Galerio Maximino II Daya o Daza, nació alrededor del año 270 en Illyria, siendo hijo de una hermana de Galerio, quien pronto lo adoptó como hijo propio. De origen campesino (al igual que su tío), sirvió en el ejercito alcanzando el grado de tribuno. Su nombramiento como César, a instancias del entonces emperador Galerio Maximiano, tuvo lugar tras la abdicación de Diocleciano, en 305, encargándosele la administración de Siria y de las provincias orientales limítrofes. Maximino II gobernó ostentando los siguientes títulos [1], si bien acabaría condenado a Damnatio Memoriae:
Con la muerte de Constancio Cloro en Britania (julio 306) la crisis de La Tetrarquía estaba servida, se sucedieron las luchas y las usurpaciones, incluso Galerio -en un intento de restablecer el orden- invadió Italia sin éxito (307). Poco después Galerio convocó la cumbre de Carnuntum (308, Pannonia Superior) en donde con la presencia incluso de Diocleciano, se intentó reorganizar el Imperio degradando a Constantino al grado de César, declarando a Majencio enemigo público y otorgando el poder a Licinio para que reconquistara Italia y Africa. Además, Maximiano Hércules fue obligado a abdicar de nuevo y volver a su antiguo grado de Senior Augustus (emperador retirado). Pero las cosas siguieron su curso: Diocleciano volvió a su retiro, Maximiano continuó con su intrigas, el usurpador Majencio se sentía cada vez más fuerte y ni Constantino en Occidente ni Maximino II en Oriente aceptaron de buen grado el inédito título de fillii augustorum que Galerio les había otorgado en dicha cumbre y menos aun, la ascensión de Licinio a Augusto sin pasar previamente por el rango de César. Las heridas se habían cerrado en falso. No es de extrañar por tanto, que en la primavera del 310, durante sus campañas contra los persas, Maximino II se autoproclamara Augusto, si bien es cierto que su lealtad con Galerio no sufrió merma alguna y la situación de hecho no cambió, por lo que Galerio no tuvo otro remedio que aceptar los acontecimientos. A la muerte de Galerio (311) Licinio y Maximino II se encontraron en el Bósforo, dividiéndose los territorios de Galerio entre ambos y Maximino II añadió Bitinia a los territorios que ya controlaba. Como su predecesor, Maximino II persiguió ferozmente a los cristianos, pero cometió la imprudencia de aliarse con Majencio, el usurpador de Occidente que acabó derrotado por Constantino, ya que lo único que consiguió fue que Licinio (aliado con Constantino) se convirtiera en su feroz enemigo. Muerto Majencio y tras varias escaramuzas con las tropas de Licinio, que resultaron victoriosas desde Byzantium a Tarsus, Maximino II acabó su vida entre tormentos (verano del año 313), exclamando: "la sangre de los cristianos que he hecho derramar, es la causa de la condición a la que me veo reducido". Sus hijos no corrieron mejor suerte, pero la peor tratada fue su esposa al ser arrojada viva al río Orontes, en Antioquía, el mismo río en el que habían sido ahogadas tantas mujeres cristianas. Licinio había quedado como dueño y señor de Oriente.
[1] Titulaturas según el libro de J. M. Iglesias y J. Santos.
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