Nivel C - Intermedio
Juego nº 12C: Imitaciones de la moneda bizantina
|
La fortaleza del Imperio bizantino y su larga duración (pervivió cerca de mil
años), propiciaron que multitud de pueblos acuñaran moneda imitando los tipos
bizantinos.
De esta forma, la aceptación comercial de cualquier nueva moneda quedaba relativamente asegurada.
Sobre la impresionante
basílica de Santa Sofía
(Constantinopla), sin duda la obra cumbre bizantina denominada "Hagia Sophia" (La Divina
Sabiduría), iglesia que sirvió como mezquita durante el Imperio Otomano, siendo
convertida en 1935 en el museo Ayasofya de Estambul y de nuevo en mezquita en
2020, he colocado ocho monedas
antiguas. Siete de ellas son acuñaciones que imitan las monedas bizantinas, pero la otra tiene un diseño
propio, no tiene relación alguna con dichas monedas.
Averigua que moneda sobra, al no ser imitación del numerario bizantino.

¿Quieres saber la solución?
|
La moneda nº 8 no imita el numerario bizantino.
Es una pequeña moneda anterior al Imperio bizantino, acuñada por el gobernante kushano-sasánida Hormizd I, Kushanshah,
entre los siglos III y IV d.C. (14 mm y 2,4 g).
La leyenda en pahlevi y el altar con fuego, sobre el cual emerge Ahura Mazda,
son signos propios de su zona que nos recuerdan a las monedas sasánidas.
|
|
1.- |
Vándalos |
Imitación de los nummus bizantinos de Anastasio I,
tránsito del siglo V al VI ¿Carthago? (0,85 g) |
|
2.- |
Visigodos, regencia de Teodorico |
Imitación de los tremissis bizantinos de Anastasio I,
511-526, ¿Narbo? (1,43 g) |
|
3.- |
Gépidos |
Imitación de los follis bizantinos de Justino I, 518-527, Sirmium (13,0 g) |
|
4.- |
Cruzados normandos, Tancredo de Hauteville |
Imitación de los follis bizantinos anónimos (clase C),
1104-1112, Antioquía (2,4 g) |
|
5.- |
Califato Omeya |
Imitación de los follis bizantinos de Constante II,
692-694, Emesa (4.1 g) |
|
6.- |
Longobardos, Grimoaldo III |
Imitación de los tremissis bizantinos de la época,
792-806, Benevento (1,2 g) |
|
7.- |
Ostrogodos, Teodorico el Grande |
Imitación de las silicuas bizantinas de Anastasio I,
491-501, Mediolanum (0,9 g) |
|
8.- |
Gobernadores Kushano-sasánidas |
Dracma kushano-sasánida (2,4 g), s. III-IV |
Pregúntale al oráculo (clic en la imagen)
|
Algunas notas sobre las imitaciones de la moneda bizantina |
¿Habrá existido moneda más imitada que la bizantina? Posiblemente no.
Este olvidado imperio emitió moneda durante casi 1000 años, desde la reforma monetaria llevada a cabo por Anastasio I (491),
hasta la definitiva caída de Constantinopla a manos del sultán otomano Mahomet (1453). Monedas que fueron imitadas
en un amplio espacio geográfico que cubre desde la lejana Ruta de la Seda (ver
el ejemplo mostrado a continuación) hasta la península Ibérica, pasando por la mayoría de territorios fronterizos al imperio.
En ese largo periodo de
casi 1000 años, las fronteras del Imperio Bizantino cambian varias veces de forma drástica
y su amonedación también (ver:
Introducción a la Numismática Bizantina). Mientras, sus
numerosos vecinos (normalmente enemigos) emiten moneda copiando los tipos
bizantinos más comunes, en un intento de asegurar su aceptación. Incluso a veces
se utilizan las cecas recién conquistadas, manteniendo a los operarios que allí había. Consolidadas las
conquistas, es habitual que muchos de estos pueblos emitieran monedas bajo sus propias
normas y en su propio idioma, finalizando así estas épocas de transición en las
que simplemente se copiaban los tipos monetarios bizantinos.
Mención especial merecen las acuñaciones seudoimperiales de los pueblos
germánicos que se establecen en Occidente y que, en un intento de legitimar su
posición, acuñarían moneda imitando los tipos bizantinos, pero manteniendo el nombre y
busto del emperador correspondiente.
Por otra parte, la importancia de asegurar el comercio hizo que, en
ocasiones, algunos gobernantes como los daneses, húngaros o venecianos,
emitieran moneda siguiendo la metrología y tipos bizantinos.
A continuación, enumeraré los casos más
relevantes:
-
Vándalos: En la primera mitad del
siglo VI, los vándalos acuñan en el Norte de África unos pequeños bronces (nummus) imitando las
monedas del emperador bizantino Anastasio I (ver moneda nº 1), y posiblemente
también copian las de Justiniano I.
-
Ostrogodos: A finales del siglo V
y en la primera mitad del VI, los ostrogodos emiten en Italia moneda
seudoimperial, es decir moneda propia a nombre de los emperadores de
la época. De esta forma, sólidos, trémisis y fracciones de silicua, que imitan
los tipos bizantinos, son acuñados a nombre de Anastasio I (ver moneda nº 7),
Justino I y Justiniano I.
-
Visigodos: En la primera mitad
del siglo VI, los visigodos emiten primero en la Galia y posteriormente en
Hispania moneda seudoimperial a nombre Anastasio I (ver moneda nº 2), Justino I, Justiniano I y
posiblemente Justino II, acuñando estas imitaciones solo en oro (hay algunos sólidos,
pero sobre todo son trémisis).
Posteriormente
(c. 575 - c. 714) los visigodos disponen de una moneda propia, el triente, que
mantiene el peso y a menudo muestra la típica "cruz sobre gradas" bizantina.
-
Gépidos: algunas fracciones de
silicua y follis, que imitan las monedas de Anastasio I y Justino I (ver moneda
nº 3), son asignadas a los pueblos gépidos (Sirmium, primera mitad del siglo VI).
-
Burgundios: En el primer tercio
del siglo VI, los últimos reyes burgundios emiten en la Galia moneda seudoimperial
de oro (sólidos y trémisis) a nombre de los emperadores bizantinos de la época, mientras
que la moneda propia es acuñada en plata y bronce. Anastasio I,
Justino I y posiblemente Justiniano I, son los emperadores
representados.
-
Merovingios:
Los reyes francos del periodo merovingio comenzaron sus acuñaciones emitiendo
moneda seudoimperial de oro (sólidos y trémisis) en la Galia (c. 500 - c. 580),
a nombre Anastasio I, Justino I, Justiniano I y posiblemente Justino II.
-
Lombardos / Longobardos:
Tanto
las primeras acuñaciones en Lombardía y Toscana (568-700), como las
posteriores de Benevento (680-870) están muy influenciadas por los tipos bizantinos.
Las primeras muestran el nombre de los emperadores: Justiniano I, Justino II, Tiberio II, Mauricio Tiberio o Constante II, y las segundas
(ver moneda nº 6) copian el reverso bizantino de la cruz potenzada sobre gradas.
-
Pueblos islámicos: En la segunda mitad del siglo VII, durante el califato
Omeya de Damasco, el avance árabe se había consolidado en Persia, Egipto y Siria.
Incluso consiguieron sitiar (sin éxito) Constantinopla en el 674. En esta época los
pueblos islámicos acuñan monedas de bronce, que
denominamos "felús árabe-bizantinos" (ver moneda nº 5), utilizando las cecas
bizantinas conquistadas, e imitando sus tipos, sin duda para ganarse la confianza de la población.
-
Turcos selyúcidas: A mediados del siglo XI, los turcos selyúcidas se
expandieron por Mesopotamia y Asia Menor a costa del Imperio Bizantino. Establecidos
en Alepo o Mardin, durante el siglo XII acuñaron monedas como las mostradas a la derecha, que recuerdan claramente los tipos bizantinos
de Constantino X y su esposa Eudocia (s. XI), y los de Heraclio y su hijo Heraclio Constantino (s. VII).
-
Normandos: En la primera
mitad del siglo XII, durante la dominación normanda de Sicilia, Rogelio II acuña
diversas monedas imitando los tipos bizantinos contemporáneos. Del mismo modo, los
cruzados normandos emiten en Oriente monedas de clara influencia bizantina (ver
moneda nº 4).
-
Cruzados cristianos: Entre los siglos XI y XIV hubo ocho cruzadas, pero la peor para Bizancio sería la cuarta. Entre los años 1204-1261
los guerreros latinos de la cuarta cruzada, accedieron al poder en
Constantinopla, después de su total saqueo, siendo todas las monedas acuñadas en ese periodo simples imitaciones
bizantinas.
Pero la lista no es completa (ver
otros ejemplos), en ocasiones no conocemos el pueblo acuñador y
tendremos que recurrir a la típica catalogación de "copia bárbara". Sin olvidar que
en la república de Venecia, el ducado de Nápoles, el reino de Hungría, los estados pontificios,
el reino danés y seguro que en algún lugar más, también se emitieron monedas copiando los tipos bizantinos coetáneos, sin duda para facilitar el comercio.
Finalizaré repitiendo la pregunta inicial:
¿Habrá existido moneda más copiada que la bizantina?
|
|