Flavio Galerio Valerio Liciniano Licinio I nació entre los años 263-265 en Dacia, siendo su familia de origen campesino. Su educación fue militar, amigo desde su juventud de Galerio Maximino, desarrolló una brillante carrera destacando en sus luchas contra los persas. Tras el periodo de inestabilidad que siguió a la muerte de Constancio Cloro, Galerio, como emperador decano y garante del sistema, llamó a Diocleciano y convocó la cumbre de Carnuntum (Pannonia Superior) en la que entre octubre y noviembre del año 308 se intentó reorganizar el Imperio degradando a Constantino al grado de César, declarando a Majencio enemigo público y otorgando el poder a Licinio, en sustitución de Severo II, para que reconquistara Italia y Africa. En dicha cumbre, Maximiano fue obligado a abdicar de nuevo y volver a su antiguo grado de Senior Augustus (emperador retirado). Licinio, el antiguo amigo de Galerio, resultó el claro vencedor de la cumbre. Pero las cosas siguieron su curso: Diocleciano volvió a su retiro, Maximiano continuó con su intrigas, el usurpador Majencio se sentía cada vez más fuerte y ni Constantino en Occidente ni Maximino II en Oriente aceptaron de buen grado el inédito título de fillii augustorum que Galerio les había otorgado en dicha cumbre y menos aún, la ascensión de Licinio a Augusto sin pasar previamente por el rango de César. Las heridas se habían cerrado en falso. Licinio ostentó los siguientes títulos [1], pero también se ganó la total reprobación, la Damnatio Memoriae.
Investido como Augusto en noviembre de 308, Licinio se encargó del gobierno de Illyria, las dos Pannonias y Rhaetia, en el occidente del Imperio, pero nunca intentó seriamente recuperar Italia ni Africa, prefirió aliarse con Constantino y que fuera él, desde la Gallia, quien acabara con el usurpador Majencio, como así ocurrió en 312. A pesar de que Licinio ocupó el trono que le hubiera correspondido a Constantino, ambos terminaron aliados contra Majencio y Maximino II, incluso Licinio desposó a Constancia, hermanastra de Constantino el Grande, en un encuentro que los emperadores tuvieron en Mediolanum, desde donde además, promulgaron conjuntamente el famoso Edicto de Milán, que supuso el reconocimiento del cristianismo. Al morir Galerio (311) Licinio y Maximino II se encontraron en Bosphorus, dividiéndose los territorios de Galerio entre ambos, pero derrotado Majencio en Occidente, las hostilidades entre ellos se desataron y tras varias escaramuzas, las tropas de Licinio resultaron victoriosas desde Byzantium a Tarsus y Maximino II Daza acabó su vida entre tormentos (verano del año 313). Por otra parte, el emperador Galerio había encomendado la protección de su esposa e hijo a Licinio, en un gesto que pudiera indicar su preferencia respecto a Maximino II Daya en la línea sucesoria, pero éste los trató con crueldad, por lo que Prisca, Galeria Valeria y su hijo Candidiano debieron buscar refugio en la corte de Maximino Daya, comenzando para ellos un largo exilio que culminó con su apresamiento en Thessalónica por los sicarios de Licinio; el joven Candidiano fue asesinado y las dos emperatrices fueron ejecutadas por decapitación y sus cuerpos arrojados al mar (315 d.C.). Licinio había quedado claramente como dueño y señor de Oriente, al igual que Constantino lo había logrado en Occidente. Sin enemigos comunes, la guerra civil no tardó en estallar entre los dos antiguos aliados, ya en 314 se produjo una ruptura abierta entre Licinio y Constantino y fueron libradas dos batallas, sin resultado decisivo, pero a favor de Constantino, quien impuso entre sus condiciones de paz la ejecución de A. Valerio Valente, el prefecto de Licinio que había sido ascendido a César con la pretensión de sustituir a Constantino. En marzo del año 317 fue firmada una tregua por la posible intervención de Constancia, entonces Licinio designó a su hijo Valerius Licinianus Licinius como César, mientras Constantino hacía lo propio con sus hijos mayores (Crispo y Constantino II). Pero las hostilidades se desataron de nuevo en 321 con varios choques fronterizos. En 324, Licinio asoció al mando a su general Marco Martiniano a raíz de su nueva rebelión y le nombró Augusto con el propósito de reemplazar a Constantino, pero en Chrysopolis ambos fueron definitivamente derrotados y huyeron a Byzantium en donde cayeron presos, siendo Martiniano ejecutado y el emperador enviado a Thessalonica y puesto bajo arresto. El emperador logró salvar su vida, seguramente por intercesión de su esposa Constancia (que era hermanastra de Constantino), pero el contumaz Licinio parece que empezó a intrigar de nuevo, el emperador no le perdonaría esta vez y en la primavera de 325 le mandaría ajusticiar. Todavía no había terminado el año 324 y Constantino I el Grande había reunificado el Imperio, cuarenta años de "Tetrarquía", es decir de gobierno entre cuatro o "Imperio Colegiado", habían quedado atrás para siempre.
[1] Titulaturas según el libro de J. M. Iglesias y J. Santos.
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