Galeria Valeria era hija del emperador de Oriente Diocleciano y de su esposa Prisca.

 Galerio Maximiano (protegido de Diocleciano), después de haber repudiado a su primera mujer (292-293), desposó a Valeria, con lo que los lazos entre ambos se fortalecieron y pronto sería ascendido Galerio a cesar y heredero.

 Tras la abdicación de Diocleciano (305), Galerio fue declarado Augusto y Galeria Valeria sería proclamada Augusta y Mater Castrorum en 308. Al no tener descendencia su unión, Valeria adoptó a Candiniano, hijo ilegítimo de Galerio.

 Se cree que esta emperatriz era cristiana o al menos simpatizante de los cristianos, todo lo contrario de su marido, conocido por su política hostil y su encarnizada persecución de los cristianos.

 Pero los verdaderos padecimientos de esta emperatriz comenzaron tras la muerte de su esposo (311). Al morir Galerio, él mismo había encomendado la protección de su esposa e hijo a Licinio, en un gesto que pudiera indicar su preferencia respecto a Maximino Daya en la línea sucesoria, pero Licinio los trató con crueldad y ambos debieron buscar refugio en la corte de Maximino Daya, quien ofreció divorciarse de su propia esposa y casarse con Valeria, pero su oferta fue rechazada. Maximino entonces les arrebató todas su propiedades y desterró a Galeria Valeria, a su madre Prisca y a su hijo Candidiano a los desiertos de Siria, a pesar de las lejanas protestas de su padre Diocleciano, que aún vivía en su retiro de la costa Dálmata.

 Muerto Maximino II en 314, los exiliados se dirigieron hacia Pannonia, donde esperaban encontrar la protección de los allegados de su padre, pero fueron apresados en Tesalónica por los sicarios de Licinio; Candidiano fue asesinado y las dos emperatrices fueron ejecutadas por decapitación y sus cuerpos arrojados al mar (315 d.C.).

 

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