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Sistemas de representación arquitectónica
en la numismática romana (2)

 Por José Ramón Hernández Correa 

 
Anfiteatro Flavio. Ilustración a partir de un áureo de Alejandro Severo.

 

PARTE 1:
Introducción - Los sistemas de representación
Los sistemas simples - Notas
PARTE 2:
Híbridos y composiciones - Conclusión
Bibliografía

 

 

SEGUNDA PARTE: HÍBRIDOS Y COMPOSICIONES

En esta segunda parte deberíamos incluir el sistema híbrido entre perspectiva cónica frontal y perspectiva axonométrica caballera que acabamos de comentar. Pero preferimos dejarlo en la primera parte como ilustración “inexacta” del sistema cónico, del que no hemos visto ningún ejemplo “puro”.

Además de lo que hemos señalado de las perspectivas caballeras de los cuerpos laterales, mencionemos también que en los ejemplos señalados no se van juntando ni disminuyendo de tamaño según se alejan ni las líneas de tejas en el primero, ni las columnas en el segundo, ni los senadores en el tercero.

En lo que llevamos dicho hasta ahora hemos intentado exponer los distintos sistemas de representación ordenadamente. Lo que viene ahora va a ser más desordenado: una vez señalados los sistemas-base, veremos distintos casos concretos como hibridaciones entre ellos.

 PERSPECTIVA EGIPCIA 

Se llama así a un tipo muy particular de perspectiva axonométrica, que consiste en que se hacen coincidir dos ejes, en una proyección tal que aparece un alzado como continuación del adyacente, o una planta como continuación de un alzado.

 
 

Dijimos que en una axonometría cualquiera el valor de los ángulos α, β, γ puede ser cualquiera. Pues bien: ésta es una de las posibilidades. También podemos verlo como una caballera doble. En una caballera hay un ángulo de 90 º. En una egipcia hay dos (y el otro es de 180º).

 
 
Argénteo de Constancio Cloro. (Colección del autor). Ilustración a partir de otro argénteo de Constancio Cloro.

Moneda con el reverso de los tetrarcas sacrificando a la puerta de un campamento. Se ve éste en axonometría isométrica esquemática, que manifiesta una planta hexagonal.

Ya no hay isometría, sino perspectiva egipcia. Se ve la fachada delantera en verdadera magnitud. El alzado delantero es una proyección recta pura (véase su línea superior recta y horizontal). Por encima de este alzado se ve la planta. Lo que aparece encima en realidad está detrás. Es lo mismo que la primera de las tres casitas de la ilustración anterior: Los ejes “z” y “x” son el mismo, vertical, y el eje “y” es perpendicular, horizontal.

 
Bronce de Emerita. (Colección del autor). Ilustración elaborada a partir de un bronce de Geta.

Puerta fortificada de la ciudad. Como en el segundo argénteo de antes, aparece la fachada delantera en su verdadera magnitud, mostrando los dos arcos de entrada y las dos torres en un perfecto alzado. El arco que aparece por encima como una diadema no es tal, sino el perímetro esquemático de la ciudad, la planta. No está encima de la puerta, sino detrás. Vista en proyección egipcia.

Templo de Afrodita en Paphos, Chipre. Aparece delante del templo un recinto semicircular visto desde arriba, en planta; y detrás la fachada del edificio. Esta articulación de la planta y el alzado es claramente una perspectiva egipcia. Para ser completa le faltaría a continuación la cubierta del templo, por encima del alzado de éste.

 ALZADOS DESPLEGADOS 

Guardando relación con la perspectiva egipcia podemos mostrar ejemplos de alzados desplegados. La representación consiste en mostrar simultáneamente un alzado frontal y otro lateral, o un frontal y dos laterales, simultáneamente, uno al lado de otro como si el perímetro del edificio se desplegara.

 
Bronce de Nerón. Colección del autor. Ilustración elaborada a partir de un áureo de Nerón.

Templo de Jano, del Foro de Roma, en un as de Nerón. A la izquierda se muestra una fachada lateral en su verdadera proporción, y a la derecha la frontal.

Un observador distraído podría pensar que lo que muestra la moneda fuese una fachada tal cual, pero podemos ver en un áureo de Nerón la fachada frontal sola.

 
 
Dibujo del autor. Dibujo del autor.
Planta del templo de Jano con dos fachadas
abatidas (“tumbadas”).
Composición con dos fachadas desplegadas.
 
 
Sestercio de Nerón. Colección del autor. Ilustración elaborada a partir de un sestercio de Nerón.

Arco de triunfo de Nerón. Podría ser un alzado oblicuo: una proyección directa del arco puesto en “tres cuartos”. Pero el alzado lateral es demasiado ancho, con el nicho y la estatua muy centrados, completos y frontales. Como el templo de Jano.

Sin embargo, esta ilustración sí parece un alzado oblicuo. (Los dos sestercios tienen la misma catalogación. Son sólo diferentes cuños. Uno despliega los alzados más que el otro).

 
Templete de Astarté en Byblos.
Ilustración realizada a partir de una moneda de Heliogábalo.
Dibujo del autor. Templete de Astarté en Byblos.
AE 26 de Cómodo, de la colección del autor.

La primera ilustración podría sugerir que la fachada principal tuviera ese diseño: una fachada hexástila con un arco en el vano central, y dintel en los otros vanos. Pero esta segunda moneda muestra sólo la fachada delantera, como en el caso del templo de Jano en el áureo de Nerón, y eso pone de manifiesto que en la primera ilustración lo que en realidad estamos viendo es la fachada delantera en el centro y las laterales desplegadas a los lados. El templo ya no es tal, sino un mero templete o capillita.

 
 
Ilustración hecha a partir de un AE 28 de Macrino. Ilustración elaborada a partir de una moneda de Gordiano III.

Un caso parecido. Templo en Tripolis. Podría ser que el templo tuviera esa fachada, pero hay elementos sospechosos: La escalinata está sólo ante el vano central; el tejado quebrado; las columnatas y los frontones laterales. ¿Un templo decástilo con fachada partida en tres módulos? Podría ser, pero parece mucho más verosímil que sean tres fachadas desplegadas.

Templo de Afrodita en Deultum, Tracia. La fachada delantera no se ve oblicua, sino completamente frontal. Es un caso de perspectiva egipcia con dos alzados consecutivos.

 
Ilustración a partir de un bronce de Corinto de Marco Aurelio. Dibujo del autor.

Un caso diferente al anterior. Obsérvese que el borde trasero (o sea, el de la izquierda) es completamente recto, sin mostrar esta vez el perfil inclinado del tejado. En este caso es un alzado lateral que se empalma directamente con un alzado frontal: un claro ejemplo de alzados desplegados. (Los niños tienden a dibujar así su eterna casita, más a menudo que de la forma del caso anterior).

 
 

En este AE-26 pseudoautónomo de Macedonia (época de Gordiano III), colección del autor, se aprecian dos templos que sí parecen mostrar alzados simples o directos. Son templos mostrados en oblicuo (en “tres cuartos”), y proyectados directamente, sin despliegue. (Como el segundo arco de triunfo de Nerón). Se observan las fachadas frontales contraídas por su visión oblicua, a diferencia de los dos ejemplos anteriores, en los que se ven las fachadas en proyecciones perfectamente frontales.

 OTROS HÍBRIDOS: DESPLIEGUES Y SUPERPOSICIONES 

Hemos visto ejemplos de alzados desplegados, y sus parecidos y diferencias con los “despliegues egipcios” y con los alzados oblicuos puros. Pero hay muchos otros casos de despliegues y empalmes entre sistemas de representación diferentes, y curiosas superposiciones, de las que mostraremos algún ejemplo.

Una vez señalados, en la primera parte, los sistemas sencillos, se pueden dar sorprendentes representaciones por composición o por hibridación entre varios de ellos.

 
Anfiteatro Flavio
Ilustración a partir de un áureo de Alejandro Severo.
Dibujo del autor. Ilustración a partir de un
medallón de Gordiano III.

En el áureo de la izquierda se ve una composición similar conceptualmente a la de dos alzados superpuestos o desplegados, pero ahora en vez de ser dos alzados son la planta y el alzado. Y a su vez la planta está “isometrizada”.

Es interesante comparar este Anfiteatro Flavio con el del sestercio de Tito que mostramos más atrás. Allí veíamos que cada piso era una elipse igual, desplazada una respecto a otra en una isometría perfecta. (Resaltamos la primera y la última, pero se apreciaba claramente que todas eran iguales y “paralelas”). Aquí vemos algo diferente: Se muestra claramente la elipse superior, que es una perspectiva isométrica de la planta. Pero las demás plantas tienen sólo una ligerísima curvatura. Son casi rectas. Es, en definitiva, un alzado coronado por la isometría de la planta.

En el medallón de la derecha vemos también una ilustración realizada con el mismo sistema de representación. Incluso la elipse superior es más “redonda”, y el efecto se acusa aún más que en el áureo de Alejandro Severo.

 
 
Ilustración hecha a partir de un sestercio de Trajano
que representa su ampliación del puerto de Ostia.
Curiosa representación del santuario de Afrodita en Byblos,
tomada de una moneda de Macrino.

Hay una superposición de alzados abatidos en torno a la planta, para intentar dar una visión de conjunto que sugiera la sensación de confinamiento. Los alzados se abaten en distintas direcciones, y colisionan entre sí al superponer puntos de vista incompatibles. Es un collage casi cubista de alzados y fragmentos de perspectivas axonométricas diversas.

Estamos ante una verdadera variedad de sistemas de representación y de puntos de vista. La parte izquierda muestra un templo en un alzado oblicuo convencional. Pero a la derecha vemos un patio o claustro porticado en una especie de perspectiva caballera, que cambia bruscamente la inclinación del plano del suelo. En el interior del templo no se ve el suelo, que queda como una línea horizontal, pero en el claustro se ve desde arriba, desde muy arriba. El brusco giro del plano del suelo produce un empalme de dos vistas incompatibles entre sí.

El obelisco central del patio aparece plano, como un alzado puro, y las columnas de las distintas alas del claustro se inclinan a uno u otro lado para que se vean todas, como las patas de las mesas dibujadas por los niños. Una representación fascinante, cubista, que no muestra lo que el artista ve, sino lo que sabe que hay, como hacía Picasso y como hacen los niños cuando dibujan.

 

 ALZADOS DE DISTINTOS PLANOS EN PROFUNDIDAD 

Un alzado, tal como lo hemos visto al explicar el sistema diédrico, muestra una proyección de un objeto sobre un plano vertical. En esa proyección se plasma todo, independientemente de lo más o menos alejado que esté del plano en el que se proyecta. Es decir: No hay sensación de profundidad. Todas las líneas tienen la misma fuerza y la misma escala, sean de un primer plano o sean de un plano alejado.

Hay una forma de presentar un alzado dando sensación de profundidad, que es dando más grosor a las líneas más próximas. Es una convención, entre tantas, que se usa actualmente de manera habitual.

Pero hay otra forma, híbrida y heterodoxa, que todavía da más sensación de profundidad, y que consiste en presentar los distintos elementos de los alzados con diferentes tamaños según estén más lejos o más cerca. Esto no es, pues, una proyección, sino una pseudo-perspectiva. Hay que ser muy ingenuo (o muy sutil) para hacer esto.

 
Dupondio de Nerón, colección del autor. Dibujo del autor.

Macellum Magnum, en la colina Coelia, de Roma. En una primera y distraída mirada podemos ver una composición simétrica. Hay tres cuerpos de dos plantas: uno en el centro, de planta circular y rematado por una cúpula (tholos), y dos a los lados, que muestran galerías de arcos, que sugieren su continuación indefinida a derecha e izquierda.

Pero, contra lo que algún autor sugiere, no son dos alas simétricas. La de la izquierda es más alta y más grande que la de la derecha porque nos sugiere que está más cerca del primer plano. No es un defecto del abridor de cuño. Todos los cuños muestran eso mismo. Se ve en primer plano el tholos central, después el ala de la izquierda, y al fondo el ala de la derecha.

Como la moneda tiene un arma más que la del puro dibujo, que es el relieve, también tiene más relieve el tholos, algo menos el ala izquierda y bastante menos la derecha.

Según la Forma Urbis Romae (un plano de Roma de mármol, del que se conservan fragmentos) y otros indicios, la planta del Macellum Magnum construido por Nerón en la colina Coelia de Roma podría ser algo parecido a esto.

¿Qué representa, pues, el dupondio? No está claro. El tholos del centro, por supuesto. Pero, ¿y las alas? Para algunos autores, la próxima sería la fachada exterior, a la calle, y la lejana la interior, al patio. Pero el tholos está delante de ambas. Lo justifican diciendo que se trata de una representación simbólica. Podría ser. También podría ser el tholos, el chaflán interior del patio a su izquierda, y la galería del fondo a la derecha. Pero el motivo debería ser simétrico, con los dos chaflanes o con dos segmentos iguales de galería. Se trata, seguramente, de un intento (poco afortunado, pero muy interesante, y muy bello), de representar la profundidad y la complejidad del conjunto, con sus variadas “calles” interiores porticadas, utilizando elementos fragmentados y superpuestos sin solución de continuidad para dar la sensación de una sucesión indefinida de planos y filas de columnas y arcos.

 
Denario de Titus Didius y Publius Fonteius Capito
con una representación de la Villa Pública de Roma.
Colección del autor.
Dibujo del autor.

Para todos los autores que conozco el denario representa el alzado de un edificio de dos plantas, sin más. Pero para Durmius, de denarios.org, lo que se ve es un cuerpo en primer plano, con una sola planta, y otro al fondo, de dos plantas.

La justificación de esta teoría es tan sencilla como evidente: Las columnas de la planta alta no coinciden con las de la baja, y están más juntas, dando sensación de lejanía.

Una vez dicho esto se hace súbitamente la luz y se ve así sin ningún género de dudas. Pero alguien tenía que decirlo (y yo, hasta que lo dijo Durmius, no se lo oí ni leí a nadie).

Efectivamente, el cuerpo de planta baja, de cuatro intercolumnios con arcos (probablemente un fragmento de un pórtico largo) es más ancho, más alto, más grande, que el cuerpo de la planta alta, de cuatro intercolumnios adintelados con el alero de un tejado (también parece un fragmento de una galería larga). Las columnas de la planta alta están más juntas entre sí que las de la planta baja. Es un efecto de perspectiva cónica. Y podría ser una perspectiva cónica central perfecta (eligiendo la altura del punto de vista y, por tanto, de la línea del horizonte, coincidente con la cumbrera del cuerpo delantero) si no fuera porque el faldón de un tejado no se ve de frente, sino girado a un lado. (Hay una versión con el tejado a derecha y otra con el tejado a izquierda).

Los dos alzados superpuestos sugieren proximidad y lejanía por sus diferentes escalas. Se aprecia un cuerpo delantero de una planta, a modo de pórtico, que queda delante de un edificio de dos plantas, tal vez rodeándolo.

También podrían ser dos edificios o pórticos de una sola planta, representados en el denario de tal manera que el punto de vista hiciera coincidir casualmente la línea de cumbrera del de delante con la de suelo del de detrás, muy alejado. Pero no creemos en casualidades, y sí en un sistema simbólico y no visual-casual de representación. Interpretamos lo que muestra ese denario como en esta isometría.

 

CONCLUSIÓN

El alcance de este artículo no permite establecer conclusiones definitivas, pero al menos nos anima a hacer alguna apreciación.

Hemos observado en varios ejemplos que los romanos utilizaban algunos sistemas de representación –como el diédrico y el axonométrico– con un alto grado de codificación y de perfección técnica, y tal como los seguimos utilizando hoy. Son, en general, los sistemas más abstractos y geométricos.

Cuando intentaron acercarse más a la verdadera visión humana, utilizaron un pseudo sistema cónico que introducía las fugas de los elementos principales, pero no la de los asociados a ellos, y así crearon unos curiosos híbridos de cuerpos axonométricos internamente, pero que fugaban unos con otros al modo cónico. Es un primer intento, bastante meritorio y muy logrado, de establecer una perspectiva visual. Este sistema está mucho menos codificado que los señalados anteriormente. En todo caso, los artistas romanos no sucumbieron a la apariencia visual en detrimento de la explicación de la realidad. Es decir: prevalece la representación geométrico-explicativa ante la visual-subjetiva o casual.

Apreciamos que cuando lo que querían representar no se podía hacer satisfactoriamente con ninguno de los sistemas mencionados, bien por ser muy parciales, o bien por ser muy poco visuales o intuitivos, los artistas tenían un gran desparpajo inventando representaciones ad hoc, fuertemente intuitivas y sin rigor geométrico ni perspectivo. Es en estos casos cuando hemos utilizado la analogía con el arte infantil y con el arte cubista, para los que nada es imposible y todo lo que es susceptible de ser concebido o imaginado es susceptible de ser representado.

No hemos constatado que hubiera ni una progresión o evolución estilística en el tiempo ni una diferencia de lugar. Es decir: Desde la época de la República hasta el final del Alto Imperio vemos todos los tipos de representaciones señalados, sin que se aprecie una evolución temporal desde unos sistemas hacia otros. Y también en todas las provincias vemos sistemas parecidos.

Es cierto que en las provincias orientales se aprecia más imaginación a la hora de hacer representaciones pintorescas o sorprendentes, pero en este trabajo no hemos sido capaces de elaborar una sistematización ni una teoría al respecto. Podemos decir que no hay escuelas claras en este campo en las distintas provincias, y que a lo largo de todo el Imperio hay una constante: la eficacia de la representación formal.

Es evidente que el estudio de los sistemas de representación en numismática no puede ser ajeno a la representación en pintura, en mosaico o en relieve. La formación del aprendiz de artista le hacía aprender los sistemas de dibujo y representación, que eran generales, aparte de las particulares técnicas de su oficio.

Sería necesario, por lo tanto, un trabajo ambicioso que comparara estas diversas disciplinas, e intentara establecer características propias de cada escuela local, encontrando para cada zona analogías estilísticas entre pintura, escultura, mosaico y numismática.

Ni siquiera sabemos si tal cosa es posible. Los maestros de cada arte siempre han tenido discípulos viajeros, y los hallazgos se comunicarían de una provincia a otra con gran rapidez. Las propias monedas viajaban, y mostraban sus sistemas se representación a artistas de otras provincias.

Este trabajo no ha tenido nada de análisis sistemático dentro de la numismática, sino que se ha limitado a buscar ejemplos para los diversos sistemas de representación.

De enunciar una sola conclusión, ésta sería la constatación de la eficacia en las representaciones numismáticas.

La moneda al servicio de la propaganda necesitaba mostrar formas muy claras y reconocibles –por muy complejas que fueran– en el poquísimo espacio de que disponía. Y lo conseguía siempre. Tanto que muchas veces ni siquiera necesitaba leyendas o indicaciones complementarias.

Para ello se utilizaban símbolos muy codificados, como los atributos de las imágenes de culto en los templos, y procedimientos sofisticados para “romper” o descomponer los edificios o los conjuntos arquitectónicos o urbanísticos en formas muy reconocibles.

Todo para que el distraído portador de una moneda supiera reconocer de un golpe de vista no sólo el edificio en cuestión, sino, lo que era verdaderamente más importante, la grandeza de Roma.

 

BIBLIOGRAFÍA

 
 
 
Conversion del "Elagabalium" en un templo de Júpiter
Medallón de Alejandro Severo (CNG, Triton XVI, lote 1109)
  Anfiteatro Flavio en un medallón de Gordiano III
Museo Arqueológico Nacional de Florencia (Italia)
 

1.- Sistemas de representación
Puede valer cualquier libro escolar de dibujo técnico o de geometría descriptiva.

IZQUIERDO ASENSI, Fernando, Geometría Descriptiva, Dossat, Madrid, 3ª ed, 2000, pp. 288.
RUIZ AIZPIRI, José María, Geometría Descriptiva, Guadiana, Madrid, 1969, pp. 319.

2.- Numismática arquitectónica romana

DONALDSON, Thomas Leverton, Ancient Architecture on greek and roman coins and medals. Architectura Numismatica, Londres, 1859, ahora en Argonaut, Chicago, 1965, pp. A-M + xxxii + 361 + 92 il.
GARCÍA MORCILLO, Marta, “El Macellum Magnum y la Roma de Nerón”, Iberia, 3, 2000, pp. 265-286.
HILL, Philip V., The Monuments of Ancient Rome as Coin Types, Seaby, Londres, 1989, pp. 145.
PRICE, Martin Jessop, y TRELL, Bluma L., Coins and Their Cities. Architecture on the ancient coins of Greece, Rome, and Palestine, Vecchi, Londres, y Wayne State University, Detroit, 1977, pp. 298.
TAMEANKO, Marvin, Monumental Coins. Buildings & Structures on Ancient Coinage, Krause, Iola, WI, 1999, pp. 242.

3.- Internet: bases de datos y foros

www.denarios.org  (Especialmente las secciones de República y de Imperio, los Artículos, la Bibliografía y, en el Forum, la sección “Los denarios y su historia”).
www.tesorillo.com  (Especialmente la sección de Monedas Romanas y la de Publicaciones).
www.acsearch.info  (Buscador-catálogo de monedas).
www.wildwinds.com  (Buscador-catálogo de monedas).
www.forumancientcoins.com  (Artículos, foros y distintas bases de datos).

 

 

Madrid (España), 15 de febrero de 2010
José Ramón Hernández Correa
Blog: Arquitectamos locos?