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LIBIO SEVERO
Libius Severus |
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Libio Severo, a veces llamado Severo III, era natural de Lucania
y fue proclamando emperador (por Ricimero) en noviembre de 461, en Ravenna,
pocos meses después de la muerte de Mayoriano.
Ricimero, el poderoso general romano de origen vándalo, seguía imponiendo sus
criterios y Libio Severo sería su tercer emperador marioneta. Pero esta vez la
sucesión no resultó tan sencilla. En primer lugar, el emperador de Oriente, León
I, aspiraba a reconquistar el Imperio de Occidente, y para ello propuso a su
candidato Antemio. Su forma de presión consistió en
no reconocer como legítimo a Libio Severo.
En segundo lugar, el vándalo Genserico tenía también un candidato a emperador. Se trataba
de Olibrio, el marido de Placidia, una de las hijas de Valentiniano III
que el vándalo se había llevado como rehén tras saquear Roma.
Para lograr su objetivo se dedicó a devastar las costas italianas durante varios años.
En tercer lugar estaba el visigodo Teodorico II, que también quiso tomar partido en la decisión,
pero Agripino, un general romano, le cedió en 462 la Gallia Narbonensis
a cambio de que aceptara la autoridad del emperador. El rey godo aceptó,
Libio Severo ratificó la donación y así el Reino Visigodo tuvo por vez primera salida al Mediterráneo.
Oficialmente Libio Severo fue un usurpador, ya que nunca fue reconocido en
Oriente. Durante su reinado, el degradado trono de Occidente, que solo controlaba por entonces
Italia y parte de las Galliae, se vio hostigado continuamente por los pueblos bárbaros.
En septiembre de 465, presumiblemente por causas naturales, o tal vez víctima del siempre presente Ricimero, murió
Libio Severo. Tras más de un año de interregno, Ricimero aceptó la propuesta de León I y Antemio
-que era yerno de Marciano- se convirtió en el nuevo emperador de Occidente.