 |
ELENA
Flavia Iulia Helena |
|
|
Flavia Julia Elena (Santa Elena) procedía de una humilde familia
de Drepanum (Bithynia), nació entre los años 248 y 249 y en
esa misma ciudad conoció al futuro emperador Constancio I Cloro alrededor de 270. Las fuentes religiosas coinciden en señalar que Constancio desposó a Elena pero lo más
probable es que simplemente vivieran juntos, el concubinato entre clases
sociales tan separadas no estaba mal visto en la época.
En fecha indeterminada entre 271 y 273 Elena dio a luz a
un niño en Naissus (Moesia Superior), niño que años después
sería el gran emperador Constantino I Magno, pero en 293 Constancio fue elevado al
rango de César y se separó de Elena para casarse con Teodora.
A la muerte de Constancio las tropas proclamaron emperador
a su hijo Constantino y Elena fue llamada para reunirse con él. En la corte de
Roma destacó como una de las mujeres mas notables de la época, Elena abrazó
fervientemente el cristianismo debido al influjo de su hijo, esto es
atestiguado directamente por Eusebio: "Ella (su madre) se convirtió bajo su influencia (de Constantino) en una sierva
de Dios tan devota, que uno podía creer que había sido discípula del Redentor de
la humanidad desde su más tierna niñez" (Vita Constantini, III, xlviii)
En 324 recibió el título de
Nobilissima Femina y en 325 el de Augusta.
El hecho más trascendente en la vida de Elena fue su viaje a
Palestina en 327-328, viaje que generalmente es contemplado como un peregrinaje, pero
que posiblemente tuvo algún cometido político,
la popularidad de Constantino
había sufrido un serio deterioro con las muertes de su esposa (Fausta) e hijo
(Crispo) y seguramente, Elena trataba de apaciguar a las provincias orientales.
Elena pasó sus últimos años fundando iglesias y falleció -acompañada de su hijo- cuando
regresaba de Jerusalén en donde según la tradición (si bien históricamente esto
es bastante discutible), descubrió los restos de la Cruz original en la que
Jesucristo fue ejecutado y también el emplazamiento del Santo Sepulcro, fundando
allí la iglesia del mismo nombre.
Por todo ello Elena fue reverenciada como santa por las
gentes de Oriente, más tarde fue declarada oficialmente Santa por la Iglesia Ortodoxa, que celebra su festividad el 21 de
mayo, y también por la Iglesia Católica, que hace lo propio el 18 de agosto.